El portavoz de los obispos españoles, Mons. Francisco César García Magán, afirmó este viernes que la Cruz del Valle de los Caídos seguirá en pie pese a la “resignificación” del recinto pactada con la Santa Sede.
Durante la rueda de prensa al término de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el también Obispo Auxiliar de Toledo señaló, por otro lado, que la intención inicial declarada por el Gobierno de España incluía “la desacralización de la basílica y la salida de los benedictinos”, lo que se trasladó al Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, durante la visita que realizó el presidente Pedro Sánchez al Papa Francisco el pasado 11 de octubre.
A esto Mons. García Magán añadió que, sobre la mesa, estaba la cuestión “de la destrucción de la cruz que preside el conjunto monumental”, la más grande del mundo, “aunque estrictamente no fue propuesta del Gobierno”.
En una segunda reunión celebrada el pasado mes de febrero entre el Gobierno y la Santa Sede en la que participó el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se habrían acordado varias líneas rojas trasladadas por los obispos: mantener el culto católico en la Basílica pontificia de la Santa Cruz, asegurar la presencia de la comunidad benedictina y respetar “los elementos religiosos situados fuera de la Basílica”, incluida la cruz.
El pacto, puntualizó Mons. García Magán, debe sustanciarse de manera formal “en un acuerdo que no está hecho”, pese a lo cual, el Gobierno ya ha puesto en marcha los trámites burocráticos para llevar a cabo su proyecto.
El portavoz expuso además que la CEE desconoce los plazos de ejecución ni en qué consistirá la “resignificación” del resto del recinto.