El debate sobre el feriado del Viernes Santo continúa en Chile, involucrando a las grandes firmas de centros comerciales, sectores políticos, sindicatos de trabajadores e incluso a la Iglesia Católica, que pide que se respete el feriado en un día tan importante para los cristianos.
Las discusiones comenzaron el último mes, cuando se supo que los tres centros comerciales más grandes de Chile pretenden abrir sus puertas el próximo Viernes Santo, una decisión inédita en la historia del país donde, pese a no ser un feriado irrenunciable, la tradición se ha respetado durante décadas, permitiendo a los trabajadores participar de las celebraciones religiosas.
La tradición, la profesión de la fe y los derechos laborales fueron esgrimidos como argumentos en este intenso debate, que tiene en la mira a los propietarios de los centros comerciales Falabella, París y Ripley, y su intención de abrir sus puertas con normalidad el próximo Viernes Santo.
En ese marco, referentes de sindicatos mantuvieron hace algunas semanas un encuentro con el Arzobispo de Santiago, Cardenal Fernando Chomali, quien destacó que “si el Estado de Chile declara feriado el Viernes Santo es porque reconoce en estas celebraciones un bien para los chilenos, en tanto fortalecen los valores cristianos que han nutrido y animado nuestra cultura y nos unen en torno a ellos”, calificando de “lamentable” la decisión de abrir los locales y llamando a los empresarios a reconsiderarla.
Pese a ello, faltando pocos días para las celebraciones de Semana Santa, los comerciantes han mantenido su postura, argumentando que, de no abrir, los ingresos se verán afectados y eso tendrá un impacto en la actividad económica.
Tanto el Gobierno como la Iglesia Católica expresaron su apoyo a los empleados, que se amparan en la tradición y en la práctica religiosa, e incluso un grupo de diputados del bloque Chile Vamos ha ingresado en el Congreso Nacional un proyecto de ley para declarar feriado irrenunciable el Viernes Santo, lo que obligaría al cierre de todas las tiendas por departamentos, de los grandes supermercados y los establecimientos que no son atendidos por sus dueños.