VATICANO,
Con un emotivo mensaje en el que sostuvo que la Eucaristía es la luz y la vida que necesita el mundo en este milenio, el Papa Juan Pablo II inició oficialmente el Año de la Eucaristía desde la Basílica de San Pedro.
En una conexión televisiva con Guadalajara, donde hoy se clausuró el Congreso Eucarístico Internacional, el Papa saludó con cariño a los miles de peregrinos congregados en México.
En el mensaje, del que leyó la introducción y la conclusión -el resto fue pronunciado por el Mons. Leonardo Sandri, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede-, el Papa meditó sobre el tema del Congreso: “La Eucaristía, luz y vida del nuevo milenio”.
Según el Papa la Eucaristía es “Misterio de luz” y “de luz tiene necesidad el corazón del hombre, oprimido por el pecado, a veces desorientado y cansado, probado por sufrimientos de todo tipo. El mundo tiene necesidad de luz, en la búsqueda difícil de una paz que parece lejana al comienzo de un milenio perturbado y humillado por la violencia, el terrorismo y la guerra”.
Asimismo, es “Misterio de vida” y “¿qué aspiración puede ser más grande que la vida? Y sin embargo sobre este anhelo humano universal se ciernen sombras amenazadoras: la sombra de una cultura que niega el respeto de la vida en cada una de sus fases; la sombra de una indiferencia que condena a tantas personas a un destino de hambre y subdesarrollo; la sombra de una búsqueda científica que a veces está al servicio del egoísmo del más fuerte”.
El Papa explicó que su intención al declarar un año particularmente dedicado a la Eucaristía es que “la comunidad cristiana a tomar conciencia más viva del mismo con una celebración más sentida, con una adoración prolongada y fervorosa, con un mayor compromiso de fraternidad y de servicio a los más necesitados”.