Al igual que la inmensa mayoría de los venezolanos, el artista Luis Enrique Mogollón profesa una gran devoción por el Beato José Gregorio Hernández, conocido como el médico de los pobres, a quien el Papa Francisco canonizará este año junto a la Beata Carmen Rendiles, convirtiéndose así en los dos primeros santos de Venezuela.
El miércoles 26 de marzo fue inaugurado un gran mosaico con la imagen del beato en la fachada del Colegio de Médicos de Mérida, en los Andes venezolanos. Esta se ha convertido en una de las obras más grandes dedicadas a José Gregorio Hernández y forma parte de una extensa colección que Mogollón ha creado a lo largo de su carrera, dedicada a promover el legado y el testimonio de fe del médico de los pobres.

El artista no es ajeno a la inmensa piedad popular que, desde hace más de 100 años, gira en torno a la figura del beato gracias a su vida ejemplar de servicio, bondad y generosidad con los más necesitados. Tal y como sucede en la mayoría de los hogares de Venezuela, especialmente en aquellos más humildes, Mogollón cuenta con extrema naturalidad como su hermano menor fue salvado gracias a la intercesión de José Gregorio.
“Cuando mi hermano tenía la edad de 9 años —yo soy testigo presencial de este milagro, mi hermano fue desahuciado por los médicos dos veces—, estando yo muy pequeño, recuerdo las visitas continuas a Isnotú con mi mamá para pedir por su salud”, asegura el artista en una entrevista con ACI Prensa.
El pequeño sufría de una insuficiencia renal que le ocasionaba grandes padecimientos. La familia, por consejo de los médicos, se preparaba para lo peor. Incluso un sacerdote visitó su casa para administrar los santos óleos al niño convaleciente.