Para el P. Valdemar es importante que los católicos defiendan “con firmeza su fe y sus valores, pero sin caer en provocaciones que nos hagan ver como fanáticos o intolerantes. Y también con mucha prudencia, porque muchas veces esas expresiones de odio a la fe pasarían inadvertidas si no se cayera en la provocación que buscan para tener publicidad”.
“A veces, algunas supuestas obras de arte son tan mediocres que nadie repararía en ellas sino es por el escándalo que las publicita”, señaló.
Las redes sociales, importantes para que los ataques no sean silenciados
Para el sacerdote Juan Manuel Góngora, de la Diócesis de Almería (España), que cuenta con más de 82.600 seguidores en su cuenta en X, “vivimos tiempos adversos y una muestra de ello es el creciente número de profanaciones eucarísticas en diversas parroquias y de la violencia anticristiana”.
“La ingeniería social que padecemos desde hace décadas ha ido acrecentando (la tolerancia hacia las ofensas) paulatinamente. Y desde la llegada al poder en 2018 del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y Pedro Sánchez al Gobierno, se está llevando a cabo una serie de legislaciones totalmente lesivas contra la fe y la antropología católica. Como son el caso de la aplicación de las leyes de memoria histórica, del aborto y la eutanasia”.
Además, el P. Góngora criticó “la pretensión desde el Gobierno y sus socios parlamentarios de eliminar el delito contra los sentimientos religiosos amparado por el artículo 16 de la Constitución Española y recogido en el Código Penal (art. 522-526)”.
Muy activo en redes sociales, el sacerdote español destacó que estas “en general están sirviendo para que estos ataques y estrategias de poder no sean silenciadas y ocultadas. Mientras que la gran mayoría de los medios de comunicación, ensobrados a base de publicidad institucional y junto a una constelación de asociaciones anexas a la izquierda progresista, son colaboradores necesarios para implantar narrativas y relatos en la línea laicista y anticristiana”.
Europa “se está olvidando de su identidad”
Castellanos considera que la situación actual de la libertad religiosa en España y Europa es “muy preocupante y peligrosa, los ataques contra los cristianos aumentan no sólo en número sino también en intensidad”.
“Europa, que se construyó sobre raíces cristianas, se está olvidando de su identidad y persiguiendo a los cristianos e imponiendo ideologías anticristianas”, dijo.
Refiriéndose a la propuesta de eliminar el delito contra los sentimientos religiosos, la presidenta de Abogados Cristianos advirtió que eso “multiplicaría exponencialmente los delitos contra los cristianos”.
“Lo que es además más alarmante es que muchos delitos son perpetrados por representantes públicos. Entonces lo que vemos es que no sólo no se persigue el delito (porque ya sabemos que en España la ley no es igual para todos), sino que estamos sufragando con nuestros impuestos a personas o personajes que se dedican a insultarnos, cuando deberían ser ellos los primeros en respetar a todos los ciudadanos”, dijo.
La presidenta de Abogados Cristianos precisó que las legislaciones deberían de “garantizar el respeto. La libertad de expresión de algunos no implica el insulto, ni la humillación, son dos cosas muy diferentes”.
“A pesar de todo, hay que ser conscientes de nuestra victoria (aunque habrá que actuar), España es tierra de María y estoy segura que toda la lucha en la defensa de la vida (desde la concepción hasta su fin natural), la familia y la libertad religiosa darán fruto muy pronto”, aseguró.
Los resultados dependen de los católicos
Alberto González Cáceres, presidente del Centro de Estudios Jurídicos Santo Tomás Moro de Perú, lamentó que la defensa de la libertad religiosa parece “no ser relevante para la gran mayoría de la población, porque la religión se ha tornado una manifestación cultural casi secundaria, salvo cuando la gente vive en aprietos como en el caso de Nicaragua, o cuando hay calamidades. Lo digo con mucha tristeza”.
“Ahora bien, para la gente que verdaderamente practica la fe es agobiante darse cuenta que existe una censura mediática fuerte contra toda forma de práctica religiosa, así como existe una estigmatización social contra todo aquello que sea ortodoxo”, expresó.
En este panorama, los católicos, dijo, pueden responder con “dos maneras concretas”: “La primera es rezando mucho y la segunda es formándose en el catecismo y la doctrina católica”.
De la acción de las autoridades frente a las ofensas religiosas, González Cáceres considera que “no se puede esperar absolutamente nada. Los resultados dependerán de las articulaciones que hagan los propios católicos”.
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