Tras el reciente terremoto que golpeó a Myanmar, Tailandia, Vietnam y China, el Cardenal Charles Bo, presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar, afirmó que ahora la gente del país asiático “necesita de todo”, también paz para poner fin a la guerra civil.
“La gente necesita de todo: comida, refugio, medicinas y todo el material vital”, dijo el también Arzobispo de Yangón, en entrevista con Vatican News, tras el sismo de 7.7 grados que en Myanmar ha dejado, hasta ahora, más de 1.600 muertos y más de 2.300 heridos. Además, en muchos lugares no hay electricidad ni Internet y el sistema de salud está colapsado.
“Más que cualquier otra cosa, nuestro pueblo necesita paz, no la angustia que se desata por todo lo que está sufriendo”, subraya el purpurado, que estaba en su coche durante el terremoto: “Vimos enormes cráteres abriéndose en la carretera. La gente huía en busca de seguridad. Fue un momento de temor para todos”.
El Cardenal Bo lamentó las “dramáticas escenas de hombres y mujeres corriendo por las calles en busca de seguridad”, recordando que ya había hecho un llamado “a todas las partes interesadas para que se brinde apoyo humanitario urgente, se permita el acceso sin trabas a las poblaciones afectadas y se exija un alto el fuego a todos los grupos hostiles”, que se enfrentan desde hace años en una guerra interna.
La principal preocupación del Cardenal Bo es la distribución de la ayuda que, debido a la violencia, “podría verse obstaculizada por el malestar de los grupos armados”.
El purpurado resaltó que la Iglesia Católica ya está ayudando a los afectados, a través de Cáritas en todo el país, comenzando con Mandalay, que ha sido la zona más golpeada por el sismo.