“Vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como un tiempo de curación. Yo también lo estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo”, alienta el Papa Francisco en su texto preparado para el rezo del Ángelus de este 30 de marzo, IV Domingo de Cuaresma.
Por eso, continúa el Santo Padre en su reflexión sobre el Evangelio de hoy (Lc 15,1-3.11-32), en el que Jesús narra la parábola del Hijo Pródigo –o del Padre Misericordioso– “doy las gracias de corazón a todos aquellos que, a imagen del Salvador, son para el prójimo instrumentos de curación con su palabra y con su ciencia, con su afecto y con su oración”.
“La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; pero con mayor razón somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado”.
El Papa Francisco explica que el Señor, con la parábola del hijo que malgasta todo y que vuelve a su padre que hace fiesta, “Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que nos podamos amar como hermanos”.
Papa Francisco: Continuemos rezando por la paz en el mundo
El Santo Padre alentó a seguir rezando por la paz “en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Myanmar, que tanto sufre también por el terremoto”.