Los obispos de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), celebran esta semana en Italia su Asamblea de Primavera, un encuentro clave en el que analizan la vocación de la Unión Europea frente a los retos y desafíos actuales.
Desde Nemi, una localidad a las afueras de Roma, donde la reunión tiene lugar a puerta cerrada los días 26 y 27 de marzo, el secretario general de la COMECE, P. Manuel Barrios, desgrana en conversación con ACI Prensa los fundamentos de esta misión.
La Unión Europea, un proyecto de paz con raíces cristianas
“La vocación innata de la Unión Europea es garantizar la paz en el continente y en el mundo”, afirma el sacerdote español. Además, recuerda que la UE nació como un proyecto de reconciliación tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que su misión también es “defender y promover los derechos humanos, la libertad, la democracia y la dignidad de la persona”, principios esenciales recogidos en sus tratados fundacionales.
El P. Barrios subraya asimismo que Europa fue evangelizada y tiene raíces cristianas, un legado que define su identidad. Sin embargo, advierte que la secularización avanza con fuerza y que estos valores están siendo eclipsados:
“Con la secularización, el ser humano no sólo se distancia de la trascendencia, sino también de sí mismo, porque ambas cosas van unidas. Estamos en un momento de replanteamiento de muchas cosas, también de la concepción que tiene el ser humano de sí mismo”, señala.