Un día antes, el 10 de marzo, “Gatón” le dijo a Dios: “Yo sé que tú me vas a mover en un helicóptero o una avioneta. Y cuando veo el helicóptero… lo hiciste. Y entonces Wilson me dice. ¿Por qué tú señalabas así? Porque yo quería que tú voltearas y lo veas. Jesús estaba pegado a tu mejilla”.
“Yo lo vi clarito. Le vi lo blanco y su cara tan hermosa. Y yo le decía. ‘Lo hiciste, lo hiciste. Tú, lo hiciste tú’. Y me privé y lloré. Le agradecí. Que todo el mundo escuche esto. Estoy esperando sanar. Quiero hacerlo con todo el amor que Dios dio para mí”, compartió emocionado.
Máximo fue llevado luego a un barco atunero ecuatoriano, en el que todos lo tocaban y repetían “es un milagro”; y desde donde pudo hacer una videollamada para hablar con su hija, para contarle que seguía con vida.
Al día siguiente, el capitán le contó que el barco no debía pasar el 11 de marzo por donde pasó para rescatar a “Gatón”, y que el helicóptero no prendió los dos días anteriores, sólo el 11, y que todo se había “alineado” para rescatarlo, incluso un sueño que el capitán tuvo con su madre, que le pedía que “saliera afuera” para que viera lo que había allá.
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Cuando el helicóptero funcionó, el panel detectaba muchos pájaros en una ubicación, lo que generalmente habla de abundancia de peces, pero no fue eso sino el bote de Máximo. “Entonces Julio, el capitán, también está convencido que todo fue una cadena y Dios hizo eso”.
“Gatón” cuenta además que siempre ha rezado al final del día, para darle gracias a Dios por la vida y por poner “un plato de comida en mi mesa. Gracias Padre por estar conmigo”. Relata asimismo que en los chequeos médicos que le han hecho, todo aparece normal: “no tengo nada, no tengo diabetes” algo que asegura, los doctores no pueden explicar.
“Ahora no sabemos si la cucaracha, el pájaro o la sangre de tortuga sirven para curar a los diabéticos”, bromea.
La voz de los hermanos
Flor Napa Castro, hermana de Máximo, comenta a EWTN Noticias que “mi hermano no ha sido un santo, y a veces dicen las personas por qué, por qué lo eligió a él. De verdad que Dios siempre, no sé, de repente le ve su buen corazón que él tiene, porque él siempre ha tenido un buen corazón para todos, no solamente para la familia, para cualquier persona que se le acercaba, él venía siempre, venían a pedir y él no lo dudaba, ahí mismo se metía la mano al bolsillo, si tenía víveres, víveres les daba. Ha sido una persona muy bondadosa siempre. Será por eso que Dios lo ha elegido a él”.
Para Alberto, hermano de Gatón, haber sobrevivido 95 días en el mar muestra “ese coraje que ha tenido de vivir toda esta travesía. Para mí es un guerrero como persona, porque creo que son pocas las personas que puedan pasar esa travesía y salvarse. Pero también agradecer al gran Señor que siempre lo ha tenido en su seno y nunca lo ha abandonado y él tampoco perdió la fe”.