El Papa Francisco invitó a seguir el ejemplo de la mujer samaritana y entregar a Dios la “carga de nuestro pasado”, pues, según explicó, “solo las personas reconciliadas pueden llevar el Evangelio”.
“Aunque nuestra historia nos parezca pesada, complicada, tal vez incluso arruinada, siempre tenemos la posibilidad de entregarla a Dios y comenzar de nuevo nuestro camino. ¡Dios es misericordia y siempre nos espera!”, enfatizó el Pontífice al referirse al episodio del Evangelio que narra el encuentro entre Jesús y la samaritana.
El Papa Francisco hizo estas consideraciones en el texto que preparó desde Santa Marta, su residencia en el Vaticano, a la que regresó el domingo tras 38 días de hospitalización, para la la Audiencia General de este miércoles.
De momento, todos los encuentros de fieles con el Santo Padre están cancelados para permitirle recuperarse plenamente de las secuelas que le ha dejado la neumonía bilateral.
Tras el encuentro con Jesús en el pozo, la mujer samaritana experimentó una transformación radical: “El pasado ya no es una carga; ella está reconciliada. Y lo mismo nos pasa a nosotros: para ir a anunciar el Evangelio, primero tenemos que dejar la carga de nuestra historia a los pies del Señor, entregarle la carga de nuestro pasado”, afirmó el Santo Padre.
En una nueva catequesis sobre los diálogos que Jesús mantiene con distintas personas, el Pontífice se detuvo en el encuentro con la mujer samaritana. “Son encuentros que nos sorprenden, y al principio, tal vez, somos un poco desconfiados: tratamos de ser prudentes y entender lo que está sucediendo”, destacó el Papa Francisco, tras recordar la catequesis de la semana pasada en la que reflexionó sobre el diálogo con Nicodemo.