El Papa Francisco se ha mostrado por primera vez en público al mediodía de este domingo, después de 38 días ingresado con una neumonía bilateral en el hospital Gemelli de Roma.
El Pontífice se ha asomado a un balcón del quinto piso, sentado en una silla de ruedas, con signos visibles de fatiga al respirar y con el rostro bastante hinchado.

Uno de sus colaboradores, el enfermero Massimiliano Strapetti le ha facilitado un micrófono, y el Papa Francisco ha dirigido unas breves palabras.
“¡Gracias a todos. Veo a esta señora con las flores amarillas, ¡qué bien!”, ha comentado al fijarse en una de las cientos de personas que se han congregado ante la imponente estatua de san Juan Pablo II, que se erige en el patio del hospital.
No estaba previsto que pronunciara estas palabras, pues aún sufre las secuelas de la enfermedad.