La dictadura de Daniel Ortega y su “copresidenta” y esposa, Rosario Murillo, en Nicaragua, no cesa en su persecución contra la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas: ahora vigila a sacerdotes, revisas sus celulares y les exige informes semanales de sus actividades, además de restringirles la libertad de movimiento.
El diario nicaragüense Mosaico CSI denunció que “para los sacerdotes que quedan Nicaragua, las homilías deben ser totalmente teológicas. No pueden hablar de temas relacionados con la doctrina social de la Iglesia o críticas sociales”.
Los sacerdotes, precisa Mosaico CSI, “reciben visitas frecuentes de policías que les revisan los celulares para ver si se comunican con los obispos y sacerdotes que están fuera del país o con periodistas”.
222 violaciones a la libertad religiosa
La organización cristiana internacional Christian Solidarity Worldwide (CSW) ha publicado en este mes de marzo un informe, que confirma lo presentado por Mosaico CSI en enero, que da cuenta de las “medidas cautelares” de la dictadura contra líderes religiosos, como la obligación de presentar informes semanales a la policía, compartir los detalles de su planificación y la prohibición de salir de su municipio sin autorización del gobierno.
El informe también denuncia la prohibición de las procesiones y marchas religiosas, además de la “vigilancia gubernamental abierta y encubierta”.