El lunes por la tarde el Papa Francisco mantuvo un breve encuentro de trabajo en la habitación de la décima planta del hospital Policlínico Gemelli donde sigue ingresado desde hace trece días con sus dos principales colaboradores.
En concreto, recibió tanto al Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, como al sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, el Arzobispo Edgar Peña Parra, quienes le llevaron los expedientes de varios decretos para que los firmase y diera así su aprobación.
Sin embargo, además de autorizar los decretos de cinco Siervos de Dios y aprobar la canonización del Beato venezolano José Gregorio Hernández y del italiano Bartolo Longo, el Santo Padre convocó un consistorio; es decir, una reunión de cardenales sin que el Vaticano ofreciera más detalles sobre la fecha en la que tendrá lugar.
Esto dependerá fundamentalmente de cuándo pueda salir del hospital.
La convocatoria de un consistorio para tratar este tipo de asuntos no es algo excepcional. El 1 de julio de 2024, el Papa Francisco reunió a los cardenales residentes o presentes en Roma ese día para tratar las causas de algunos futuros santos, entre ellas la del joven italiano Carlo Acutis y la de los once mártires de Damasco asesinados en 1860 en la capital siria.
En aquella ocasión, el Pontífice también usó esa reunión de alto nivel para elevar a tres cardenales diácono al rango de "cardenal-sacerdote": James Michael Harvey, Lorenzo Baldisseri y Gerhard Ludwig Müller, antiguo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.