VATICANO,
El Cardenal Francis Arinze presentó en la Oficina de Prensa de la Santa Sede la Carta Apostólica de Juan Pablo II “Mane Nobiscum Domine” (Señor, quédate con nosotros), dirigida a los obispos, al clero y a los fieles de la Iglesia con motivo del Año de la Eucaristía (octubre 2004-octubre2005). La carta, escrita en italiano y con fecha del 7 de octubre, Festividad de Nuestra Señora del Rosario, consta de una introducción, cuatro capítulos y una conclusión.
El Cardenal definió la Carta como “hermosa e incisiva” y agregó que “ayudará y guiará a la Iglesia para celebrar este especial año con el máximo fruto”.
El hilo conductor de la carta, explicó el Purpurado, es “la historia de los dos discípulos en el camino de Emaús”.
Efectivamente la carta se abre así: “Quédate con nosotros, porque se hace tarde y está anocheciendo. Esta fue la invitación que los dos discípulos que se encaminaban a Emaús la misma tarde del día de la Resurrección dirigieron al Viandante que se había unido a ellos durante el camino. Apesadumbrados, no imaginaban que aquel desconocido fuera efectivamente su Maestro, que ya había resucitado”.
En el primer capítulo: “En el surco del Vaticano II y del Jubileo”, el Santo Padre subraya que el Año de la Eucaristía expresa con fuerza el centrarse en Jesucristo y en la contemplación de su rostro, que caracterizan el camino pastoral de la Iglesia especialmente a partir del Concilio Vaticano II. En Cristo, la Palabra hecha carne, no sólo se nos revela el misterio de Dios, sino que además se nos desvela el misterio del ser humano”.
Efectivamente, el Papa escribe: “Cristo está en el centro no solo de la historia de la Iglesia, sino también de la historia de la humanidad”.