El Vaticano ha difundido el texto completo de la catequesis preparada por el Papa Francisco para la Audiencia General del miércoles 19 de febrero, que fue suspendida debido al ingreso hospitalario del Pontífice debido a su estado de salud.
Dentro del ciclo de catequesis jubilares bajo el título Jesucristo, nuestra esperanza, el Pontífice aborda una sexta reflexión sobre la infancia de Jesús sobre La visita de los Magos al Rey recién nacido.
Queridos hermanos y hermanas,
En los Evangelios de la infancia de Jesús, hay un episodio propio de la narración de Mateo: la visita de los Magos. Atraídos por la aparición de una estrella, que en muchas culturas es presagio del nacimiento de personas excepcionales, unos sabios parten de Oriente, sin saber exactamente el destino de su viaje. Son los Magos, personas que no pertenecen al pueblo de la alianza. La última vez hablamos de los pastores de Belén, marginados en la sociedad judía por considerarlos "impuros"; hoy nos encontramos con otra categoría, los extranjeros, que llegan enseguida para rendir homenaje al Hijo de Dios que ha entrado en la historia con una realeza totalmente nueva. Así pues, los Evangelios nos dicen claramente que los pobres y los extranjeros están entre los primeros invitados al encuentro del Dios hecho niño, el Salvador del mundo.
Se consideraba que los Reyes Magos representaban tanto las razas primordiales, generadas por los tres hijos de Noé, como los tres continentes conocidos en la antigüedad: Asia, África y Europa, así como las tres fases de la vida humana: juventud, madurez y vejez. Más allá de cualquier interpretación posible, son hombres que no se quedan quietos, sino que, como los grandes llamados de la historia bíblica, sienten la invitación a moverse, a ponerse en camino. Son hombres que saben mirar más allá de sí mismos, saben mirar hacia arriba.
Su atracción por la estrella que ha surgido en el cielo les pone en marcha hacia la tierra de Judá, a Jerusalén, donde se encuentran con el rey Herodes. Su ingenuidad y confianza al pedir información sobre el recién nacido rey de los judíos choca con la astucia de Herodes, quien, agitado por el temor a perder su trono, trata inmediatamente de llegar al fondo del asunto, poniéndose en contacto con los escribas y pidiéndoles que investiguen.