El patio del hospital Policlínico Gemelli de Roma, donde se erige la estatua de Juan Pablo II, se ha llenado de velas y cartas en las que decenas de fieles han posado sus deseos de recuperación para el Papa Francisco.
En este centro sanitario de excelencia, el Santo Padre continúa ingresado desde el viernes con una infección de las vías respiratorias persistente.

El Papa Francisco está hospitalizado en la décima y última planta en una habitación reservada, preservada con altas medidas de seguridad, a la que solo tienen acceso, además del personal sanitario que lo atiende, sus dos secretarios.
Gracias a ellos está recibiendo cientos de mensajes de buenos deseos por una buena y pronta recuperación, así como dibujos y tarjetas. Algunos de ellos proceden de los niños ingresados en ese mismo hospital, en concreto los de la sala de oncología, sus vecinos de la décima planta, a los que el Papa nunca ha dejado de visitar en sus anteriores estancias en el centro sanitario
La sala tiene un enorme ventanal que da a la entrada principal. El Pontífice se ha visto obligado a cancelar toda la agenda prevista hasta el fin de semana, pero no se sabe si rezará el Ángelus desde el hospital o mandará un mensaje como el domingo pasado.