Pasadas las siete de la tarde, la Basílica de San Pedro en el Vaticano suele cerrar sus puertas hasta el día siguiente. Sin embargo, la llamada “Noche blanca” celebrada el domingo 16 de febrero desafió esta costumbre.

Al esconderse el sol y después de que los miles de turistas y peregrinos abandonaran el icónico templo, un grupo de artistas y personalidades del mundo de la cultura pudieron visitar la Basílica de San Pedro y atravesar su Puerta Santa.
El Dicasterio para la Cultura y la Educación, junto a la Fábrica de San Pedro, organizaron este evento en el marco del Jubileo de los Artistas, que se ha celebrado el fin de semana en Roma.

Los afortunados pudieron recorrer la basílica sin apenas luz, guiándose por los destellos que emanaban de la vidriera del Espíritu Santo desde el Altar de la Confesión, los candelabros sobre la tumba de San Pedro y por la sutil iluminación azulada sobre las estatuas laterales que guiaban a los fieles hasta el baldaquino.