17 de marzo de 2025 Donar
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Obispo visita maternidad en el Congo tras ser bombardeada: “Fue un milagro que no fallecieran más bebés”

El obispo de Goma en un momento de la entrevista con ACI Prensa/ Crédito: captura de pantalla/ ACI Prensa

La crisis en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) sigue agravándose. Milicianos del M23, la principal organización armada entre el centenar de grupos rebeldes activos en la región, avanzan hacia Bukavu, la capital de Kivu del Sur.

A finales de enero, el M23 bombardeó durante tres días la ciudad de Goma, una urbe de 1.600.000 habitantes en la frontera con Ruanda, actualmente bajo su dominio. Sin embargo, aún persisten focos de resistencia de soldados congoleños y sus aliados.

Este conflicto, enquistado en el país africano durante más de 30 años, ha dejado un rastro de muerte y devastación. La Misión de las Naciones Unidas en la RDC (MONUSCO) estima que los últimos enfrentamientos han causado al menos 3.000 muertos, pero según el obispo de Goma, Mons. Willy Ngumbi Ngengele, la cifra real es aún mayor.

En una entrevista con ACI Prensa, Mons. Ngumbi describe la grave crisis humanitaria desatada por la violencia: “Muchas personas han muerto. Decenas de edificios han sido destruidos, entre ellos escuelas y hospitales. La situación es terrible: no hay comida, ni agua, ni electricidad. La gente no tiene dinero, los bancos siguen cerrados. Es un serio problema para los padres conseguir alimentos”.

Desplazados por el conflicto se refugian en una escuela que ha quedado en pie a pesar de los bombardeos. Crédito: Caritas Goma (Nord Kivu)

El obispo de Goma se encontraba en Bruselas cuando la capital de Kivu Norte cayó en manos del M23, visitando la sede de la Comisión de Conferencias Episcopales de la UE (COMECE).

Regresó de inmediato al país, aterrizando en Kinshasa el 28 de enero y llegando por carretera a Goma el 3 de febrero, ya que el aeropuerto de la ciudad permanece cerrado, impidiendo la evacuación de heridos y la llegada de ayuda humanitaria.

Los bombardeos han alcanzado varias estructuras gestionadas por la Iglesia Católica, como la maternidad del Hospital de la Caridad de Goma, que fue lo primero que Mons. Ngumbi visitó tras su regreso de Europa.

“Una de las bombas cayó en la unidad de neonatología. Las madres están traumatizadas. Me dije a mí mismo que fue un milagro que no hayan muerto más recién nacidos”, relata.

Son miles de personas las que lo han perdido todo a causa de la guerra. Crédito: Caritas Goma (Nord Kivu)

Un llamado a la paz: el Pacto Social

En medio de la violencia, el prelado  ha buscado caminos para la paz. El pasado miércoles, junto con representantes de otras iglesias cristianas, se reunió con la cúpula del M23, tres semanas después de la ocupación de Goma.

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En ese encuentro con Corneille Nangaa, coordinador político de la Alianza del Río Congo (AFC)/M23, Mons. Ngumbi presentó su propuesta de un Pacto Social por la Paz y el Bienestar, una hoja de ruta para poner fin a la violencia y promover la convivencia pacífica en la región de los Grandes Lagos.

“Hay que salir de la lógica fratricida y subordinar todos los intereses al de la paz”, afirma.

Hay muchos desplazados en campamentos sin luz, sin agua y sin comida. Crédito: Caritas Goma (Nord Kivu)

Asimismo, subraya la importancia del diálogo para evitar que el conflicto se extienda a otros países, como Burundi, lo que podría desencadenar una crisis regional.

“Si proponemos este diálogo inclusivo, es precisamente para evitar la globalización del conflicto”, advierte.

“Los rebeldes son nuestros hermanos”

Para Mons. Ngumbi, los milicianos del M23 no deben ser vistos únicamente como enemigos, ya que forman parte de la comunidad.

“Incluso cuando hablamos del M23, de la AFC o del Gobierno, todos somos hermanos. Los jóvenes del M23 son jóvenes de nuestros barrios”, afirma.

Por ello, insiste en la necesidad de encontrar una forma de convivencia armoniosa: “Debemos hallar el modo de que la gente pueda vivir junta en la felicidad, no en el conflicto”.

También destaca la profunda interdependencia entre los pueblos de la región: “Todos somos hermanos en esta región. Basta con ver las relaciones entre ruandeses y congoleños: los matrimonios, los intercambios económicos…”.

El aeropuerto de Goma continúa cerrado impidiendo entrar la ayuda humanitaria. Crédito: Caritas- Goma (Nord Kivu)

En este sentido, el obispo de Goma hace un llamado a los líderes políticos para que busquen soluciones pacíficas:

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“Es importante que nuestros gobernantes y autoridades se sienten a negociar y se pregunten qué es lo que no está funcionando. ¿Por qué tenemos que estar en guerra todo el tiempo? Es urgente restablecer la paz en esta región”.

El trasfondo económico del conflicto

Mons. Ngumbi no ignora que detrás del apoyo de Ruanda al M23 se encuentran intereses económicos, especialmente la explotación de los abundantes recursos minerales del este del Congo.

“No podemos olvidar que la raíz del conflicto es, en gran parte, la explotación de los recursos naturales del Congo”, denuncia. 

En todo caso, critica la paradoja de que la RDC, un país inmensamente rico en recursos, tenga una población sumida en la pobreza debido a la guerra: “Es una pena que tengamos un país tan rico y una población tan empobrecida, precisamente a causa de los conflictos”.

Desplazados y crisis humanitaria

La ofensiva del M23 ha obligado a miles de personas a huir de sus hogares. La irrupción de los rebeldes en Goma a finales de enero también provocó la salida de cientos de trabajadores humanitarios, ya que muchas ONG tienen sus bases en la ciudad.

La ofensiva del M23 ha obligado a miles de personas a huir de sus hogares. Crédito: Caritas-Goma (Nord Kivu)

En los campamentos improvisados, los desplazados viven en condiciones inhumanas. “No tienen comida ni agua porque tuvieron que huir con lo puesto para salvar sus vidas”, denuncia el obispo.

Por ello, pide a la comunidad internacional  que no abandone al pueblo congoleño: “No es el momento de dejarnos solos. Es el momento de estar presentes con nosotros. A los que se han ido, les pido que vuelvan, con la esperanza de que el conflicto sea cosa del pasado y que avancemos hacia la paz”.

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