Ninguna pareja está exenta de dificultades, y reconocer que se necesita ayuda es un signo de madurez. “A veces creemos que podemos resolverlo todo solos, pero buscar apoyo es una gran ayuda”, señaló Javier. En la Iglesia, apuntaron ambos, las parejas pueden encontrar orientación en sacerdotes, amigos o comunidades que comparten su fe.
Paola recuerda que, incluso en los momentos más difíciles, Dios tiene el poder de transformar cualquier relación: “Nuestro matrimonio cambió radicalmente cuando dejamos de intentar resolverlo todo por nuestra cuenta y pusimos a Dios en el centro”.
Javier refuerza esta idea con una invitación: “No esperen a estar al borde del abismo para buscar ayuda. Hay muchas herramientas que pueden fortalecer su relación antes de que los problemas se hagan grandes”.
6. Vivir la castidad como preparación para un amor auténtico
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Según Javier y Paola, la castidad es un tema muchas veces incomprendido, pero fundamental en la construcción de una relación sana y basada en el amor verdadero. Ellos destacaron que vivir la castidad antes y dentro del matrimonio fortalece el vínculo y permite que el amor crezca con bases sólidas. “La castidad no es sólo una renuncia, sino un regalo que nos permite conocernos mejor y amar de manera más profunda”, explica Paola.
Javier añade que la castidad ayuda “a poner en orden los afectos” y a no dejarse llevar sólo por la atracción física: “Si basas tu relación en la atracción y el deseo, cuando la pasión disminuya, ¿qué quedará? En cambio, si construyes sobre el respeto, la amistad y la fe, el amor será mucho más fuerte”.
Además, destacaron que la castidad enseña a dominar los impulsos y a poner el amor por encima de las emociones del momento. “No se trata sólo de esperar hasta el matrimonio, sino de aprender a amar con entrega y respeto, sin buscar usar al otro para satisfacer necesidades personales”, señaló Paola.
Javier concluye con un mensaje alentador: “Vivir la castidad no es fácil en un mundo que nos dice lo contrario, pero cuando Dios es el centro, Él nos da la gracia para lograrlo y experimentar un amor mucho más pleno”.
Un amor en constante crecimiento
A pesar de los desafíos que han enfrentado, Paola y Javier hoy afirman estar viviendo un matrimonio fortalecido en Dios y en constante trabajo. “Ahora estamos en una relación en la que seguimos creciendo, y también buscamos compartir con otros matrimonios lo que Dios nos ha permitido encontrar”, concluyó Paola.