La Diócesis argentina de San Rafael vuelve a estar vacante por la renuncia de su obispo a dos años de asumir

“Los llevo a todos y a cada uno de ustedes en mi corazón: a mis hermanos sacerdotes; a los seminaristas; a los religiosos, religiosas y consagradas; a los laicos y a tantos que Dios puso en mi camino episcopal. Recen mucho por mí que en estos momentos me hace mucha falta. Yo rezo y rezaré siempre por ustedes y por esta Diócesis a la que amo”, agregó, encomendando a los fieles a la Madre de Lourdes y a la protección de San Rafael. 

En diálogo con ACI Prensa, el portavoz de la Diócesis, P. José Álvarez, explicó que Mons. Domínguez ya no se encuentra en la diócesis. Sobre la incertidumbre que generó la noticia de la renuncia, explicó que: “Para nosotros, lo que se informó es lo que ocurrió”, sin segundas lecturas.

Acerca del pedido de perdón que aparece en la carta del obispo saliente, señaló que allí “agradece y pide perdón como cualquier persona que deja su lugar”.

Además, insistió en que desde la Diócesis “no hemos ocultado nada, ni lo haremos”, y en el caso de que se sepa algo más sobre la renuncia, lo darán a conocer. “Nosotros decimos la verdad”, sostuvo.

¿Quién es Mons. Carlos María Domínguez?

Mons. Domínguez nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, el 23 de diciembre de 1965, indica el sitio web de la Diócesis de San Rafael.

Fue ordenado sacerdote para la Orden de los Agustinos Recoletos el 13 de marzo de 1993.

Fue designado Obispo Auxiliar de San Juan de Cuyo el 22 de abril de 2019 y recibió la consagración episcopal el 29 de junio del mismo año.

El 5 de febrero de 2022, tras aceptar la renuncia de Mons. Eduardo María Taussig, anterior Obispo de San Rafael, y un año y medio después de la polémica decisión de cerrar el Seminario Santa María Madre de Dios, el Papa Francisco nombró a Mons. Domínguez como Administrador Apostólico. 

El 11 de febrero de 2023, el Pontífice lo nombró obispo de esa sede episcopal.

Tomó posesión e inició su ministerio pastoral como octavo obispo de San Rafael, el 25 de marzo de 2023. 

En la Conferencia Episcopal es miembro de la Comisión de Vida, Laicos y Familia (Cevilaf) y delegado suplente de la Región Pastoral Cuyo, en los que continuará a cargo.

¿Qué sucedió en la Diócesis de San Rafael?

A mediados de 2020, el Obispado de San Rafael vivió un tiempo de fuertes tensiones con un importante grupo de fieles y sacerdotes. 

En junio de ese año, al anunciar el reinicio del culto público suspendido por la pandemia del COVID, el entonces obispo, Mons. Taussig, determinó que la Comunión sólo podría recibirse de pie y en la mano, y no en la boca y de rodillas, lo que originó molestias entre laicos y sacerdotes de la Diócesis, y también en el seminario.

El 27 de julio de 2020, el Obispo anunció que, por disposición del Vaticano, el seminario Santa María Madre de Dios cerraría sus puertas a fines de 2020 y los seminaristas serían reubicados en otras diócesis. Sin mayores explicaciones sobre los motivos, el cierre se concretó el 27 de noviembre de 2020.

El seminario de la Diócesis de San Rafael era el más populoso de Argentina, con 39 vocaciones, indica Cadena 3. Tras el cierre, un número menor —que decidió continuar con la formación al sacerdocio— se distribuyó en otros centros de formación. 

A poco más de un año, el 5 de febrero de 2022, el Papa Francisco aceptó la renuncia de Mons. Eduardo María Taussig, y nombró Administrador Apostólico de San Rafael a Mons. Carlos María Domínguez. 

Al conocerse su designación, Mons. Domínguez alentó a trabajar por la unidad y por "pacificar la situación, de tratar de no crear ni fomentar divisiones, ni tampoco disenso. Porque eso no solamente divide, sino que también desgasta, desanima y hasta alguno puede hacerle llegar a perder la fe".

En julio de ese mismo año, en una carta en respuesta a un sacerdote de San Rafael, el Santo Padre apuntó contra la “rigidez” en la formación.

“La rigidez no es un don de Dios, la mansedumbre sí, la bondad sí, la benevolencia sí, el perdón sí, ¡pero la rigidez no! Porque como vos mismo lo intuís, la rigidez es la antesala de la ideología que tanto mal hace y que llevó a los rígidos del tiempo de Jesús a condenarlo por poner la misericordia por encima de la ley", escribió el Papa Francisco en la carta.