El Papa Francisco se une a la XI Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de personas, que se celebra mañana 8 de febrero, con un mensaje esperanzador en el que anima a elevar “nuestra mirada a Cristo” y encontrar en Él la fuerza y la luz en la oscuridad.
Esta jornada coincide con la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, religiosa sudanesa que fue víctima de la trata cuando era niña y que, según el Pontífice, “se ha convertido en un símbolo de nuestro compromiso contra este terrible fenómeno”
En su mensaje, el Santo Padre se pregunta cómo se puede “seguir alimentando la esperanza” ante las millones de personas “atrapados en esta esclavitud moderna”.
“¿De dónde sacamos un nuevo impulso para luchar contra el comercio de órganos y tejidos humanos, la explotación sexual de niños y niñas, los trabajos forzados, incluida la prostitución, el tráfico de drogas y de armas? ¿Cómo podemos registrar todo esto en el mundo y no perder la esperanza?”, escribe a continuación.
Para el Pontífice, la respuesta es clara: “Sólo elevando nuestra mirada a Cristo, nuestra esperanza, podemos encontrar la fuerza para un compromiso renovado que no se deje vencer por la dimensión de los problemas y los dramas, sino que se esfuerce en la oscuridad por encender llamas de luz, que juntas puedan iluminar la noche hasta que amanezca”.
Tras posar su mirada en los jóvenes que luchan contra la trata, el Pontífice exhorta a los fieles a convertirse en “embajadores de la esperanza” y a “actuar juntos, con tenacidad y amor”, estando al lado de las víctimas y los supervivientes.