Era la noche del 28 de mayo de 1964, en el pueblo de Elche de la Sierra, Albacete (España), cuando un grupo de diez jóvenes salieron de sus casas a escondidas y, con paciencia, cubrieron el suelo con virutas teñidas a lo largo del recorrido que haría al día siguiente la procesión del Corpus Christi.
Roma espera recibir a 30 millones de peregrinos durante el Jubileo de la Esperanza. Fieles de todas partes del mundo, provenientes de diferentes diócesis y grupos de diversas profesiones como enfermeros, periodistas, voluntarios, jóvenes y adolescentes, así como asociaciones de todo tipo, viajarán a la Ciudad Eterna para recibir la gracia del Año Santo.
Uno de los grupos que participará en el Jubileo es la Coordinadora Internacional de Entidades de Alfombristas de Arte Efímero, una entidad que engloba a todos los pueblos con tradición alfombrista y cuya peregrinación a Roma está prevista para el próximo mes de febrero.
A esta organización pertenece la “Asociación de Amigos de las Alfombras del Corpus” de Elche de la Sierra, en España. Su historia, curiosa y poco conocida, merece ser contada.
