La dictadura de Nicaragua obligó a las monjas clarisas a abandonar sus monasterios en Managua y Chinandega, lo que ha sido calificado por una conocida investigadora como una “noche de terror” para las religiosas.
Según señala el diario Mosaico CSI, la orden de la dictadura se ejecutó la noche del 28 de enero, con lo cual unas 30 monjas de clausura, pertenecientes a la Orden de Santa Clara, tuvieron que dejar sus monasterios.
Una fuente eclesiástica citada por el diario nicaragüense señala que los enviados de la dictadura “primero fueron a notificar a las hermanas (en el Monasterio de las Hermanas Clarisas Franciscanas) en Managua y después fueron a Chinandega (al Monasterio Sagrados Corazones de Jesús y de María)”.
“Les dijeron que tenían que irse y las dejaron sacar algunas de sus pertenencias”, agregó la fuente.
Martha Patricia Molina, abogada y autora del informe Nicaragua: Una Iglesia perseguida, que en su última edición da cuenta de casi 1.000 ataques de la dictadura contra la Iglesia Católica en el país centroamericano, calificó lo ocurrido como una “noche de terror para religiosas”.