El Papa Francisco alentó a que, cuando hay padres divorciados o separados, los hijos no se conviertan nunca en “rehenes” del papá o la mamá; y que los regalos que se les da a estos niños no sean “chantajes” para quitarles el amor al otro.
“Las comunidades cristianas deben saber acompañar a las familias heridas para que los hijos no se conviertan nunca en rehenes del papá y de la mamá”, escribió el Santo Padre en una carta en respuesta a un padre separado, en la revista mensual Plaza de San Pedro.
“Los hijos nunca jamás deben ser rehenes de su padre o de su madre, sino hijos que hay que amar y proteger. Incluso en los regalos a los niños hay que tener cuidado. Pueden ser un verdadero chantaje para arrebatar a los hijos el cariño del marido o de la mujer”, precisó el Papa Francisco.
El Pontífice respondió así a un padre de nombre Giorgio, quien compartió con el Papa su historia de separación con su esposa, cuando la hija de ambos tenía 5 años, porque la madre tenía una relación con un hombre griego y quería irse a Grecia con él y la niña.
Luego de que un juez impidió la salida del país de la pequeña, Giorgio fue detenido por la policía por supuestamente portar cocaína en su auto, una situación que se solucionó —según dijo Giorgio— “de milagro”, descubriéndose su inocencia, Por eso sólo tuvo que pasar ocho días en la cárcel, y tras lo cual su exsuegra y dos cómplices fueron condenados.
Giorgio compartió con el Papa que decidió responder no con “odio y venganza” sino con un esfuerzo concreto para ayudar a familias separadas.