La Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa (ACOHL), que incluye obispos, exarcas y eparcas de la región, han expresado su profunda alegría por el anuncio de un alto el fuego en Gaza, que busca poner fin a las hostilidades, liberar a rehenes israelíes y prisioneros palestinos.
El viernes por la noche, el Gabinete israelí aprobó un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes, negociado por Estados Unidos, Qatar y Egipto. En la primera fase de 42 días, Hamás liberará a 33 rehenes israelíes, incluidos mujeres, niños y ancianos, a cambio de cientos de mujeres y niños palestinos.
En un comunicado difundido el 16 de enero, los prelados subrayaron la importancia de este nuevo acuerdo de alto el fuego, que se espera que entre en vigor el domingo, como un paso esencial para aliviar el sufrimiento humano y detener la destrucción en la región.
“Esperamos que este alto el fuego marque el final a la violencia que ha causado un sufrimiento inconmensurable. Es un paso necesario para detener la destrucción y satisfacer las urgentes necesidades humanitarias de innumerables familias afectadas por el conflicto”, afirmaron.
Un paso necesario, pero no suficiente
Si bien los líderes católicos reconocen la importancia del cese de la violencia, también advirtieron que este no significa la resolución del conflicto. “Somos conscientes de que el fin de la guerra no significa el fin del conflicto. Por lo tanto, es necesario abordar de forma seria y creíble los problemas profundamente arraigados que han estado en la raíz de este conflicto durante demasiado tiempo”, señalaron.