La Iglesia Católica en Italia generó controversia al publicar la semana pasada un nuevo documento sobre la formación de sacerdotes que algunos medios y miembros del clero interpretaron como una apertura hacia la ordenación de personas homosexuales.
El Obispo de Fiesole, Stefano Manetti, presidente de la comisión episcopal para el clero y la vida consagrada, salió al paso de estas interpretaciones aclarando en el periódico católico Avvenire que "no es una lectura correcta" del texto, titulado “La formación de los presbíteros en las Iglesias en Italia” y publicado el 9 de enero en la página web del Dicasterio para el Clero.
El párrafo 44 del texto señala, entre otras cosas, que “el objetivo de la formación del candidato al sacerdocio en el ámbito afectivo-sexual es la capacidad de acoger como un don, elegir libremente y vivir responsablemente la castidad en el celibato.".
Tras la difusión del texto, el sacerdote jesuita James Martin, promotor del apostolado LGBTQ Outreach, reaccionó en la red social X: “Es la primera vez que veo en un documento aprobado por el Vaticano la sugerencia de que el discernimiento sobre si un hombre homosexual puede ingresar al seminario no puede determinarse simplemente por su orientación sexual”.
“Mi lectura de esto (y es sólo mi lectura) es que si un hombre homosexual es capaz de llevar una vida sana, casta y célibe, puede ser considerado para la admisión al seminario. Así que, tal como yo lo veo, esto es un paso adelante”, añadió el jesuita.
Ese mismo viernes, el diario The New York Times publicó en un artículo que “el Vaticano permite a los homosexuales italianos formarse para ser sacerdotes, si permanecen célibes”, y que “los candidatos al seminario no deberían ser descalificados por su orientación sexual, según las nuevas directrices de la Iglesia en Italia”.