El Papa Francisco sostuvo que “la relación con Dios siempre hace florecer a las personas” durante una audiencia en el Vaticano con los promotores del proyecto Écoles de Vie(s), [Escuelas de Vida] impulsado por la Delegación del Organismo de Gestión de la Enseñanza Católica en Francia.
Al citar su encíclica Fratelli Tutti, el Santo Padre recordó que toda persona humana, por más frágil que sea, “posee un valor intrínseco”, por lo que “estamos llamados a reconocer a cada individuo como una persona única e insustituible”.
Por ello, remarcó que nadie es inútil o indigno, y que “toda existencia es un don de Dios que debe acogerse con amor y respeto”.

Recordó que Jesús es el mejor ejemplo de ello, debido a que siempre fue al encuentro de los excluidos, acogiéndolos con amor. “La relación con Dios siempre hace florecer a las personas, ¡siempre!”, exclamó.
El Santo Padre subrayó la necesidad de que la Iglesia Católica acoja a todos con sus fragilidades, y que sea abierta y “capaz de acercarse a cada persona, de sanar las heridas de quienes sufren, de acariciar con ternura a los que carecen de afecto y de levantar a quienes han caído”.