9 de enero de 2025 Donar
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De jugar a ser sacerdote a convertirse en uno: La historia del Padre Gus

El P. Rosenberg Augusto Franco Barrera dándole la bendición a sus padres en su ordenación/ Crédito: Jóvenes Santos

Hace 26 años un niño jugaba a ser sacerdote, organizaba procesiones y veía a los presbíteros como “superhéroes”. Hoy, ese sueño se ha hecho realidad: el P. Rosenberg Augusto Franco Barrera, de la Diócesis de Santa Rosa de Lima (Guatemala), vive plenamente su vocación.

En una entrevista con ACI Prensa, el P. Franco Barrera, también conocido como “el Padre Gus”, recordó que todo comenzó cuando tenía alrededor de 6 años. Su madre, quien era catequista, lo llevó a la ordenación sacerdotal de un amigo de su juventud, el P. Walter Salazar.

“Ese día fue como el marcar de una historia”, recordó. Al observar cómo el sacerdote a ser ordenado se postraba, él pensó: “para mí solamente se tiró, porque no sabía que era postración. Yo imito lo mismo”.

Desde entonces, el Padre Gus recuerda que empezó a sentirse atraído por la vida sacerdotal. Señaló que “jugaba a hacer Misa con mis hermanos, con mis primos, con los que conocía, o solito”.  Entre sus recuerdos de infancia destaca su fascinación por la indumentaria eclesiástica: “miraba al sacerdote como con una capa, que ahora sé que es la casulla, y decía: pues este es superhéroe, se mira llamativo”.

Su devoción también fue alimentada por las numerosas procesiones religiosas en Guatemala, especialmente las de Semana Santa, como la emblemática Procesión de Jesús Nazareno de los Milagros en la Ciudad de Guatemala. 

“En Guatemala es muy común que en la Semana Santa haya muchas procesiones, o bueno, aquí todo el tiempo hay procesiones. Entonces también jugaba a las procesiones, o al Via Crucis en vivo”, relató el Padre Gus. 

Aunque para él en ese momento todo era “un juego de niños, algo que no [entendía] yo en ese momento como vocación. Sin embargo, quizás Dios, que se presta de todo, había empezado a llamarme sin saber yo en ese momento”. 

En 2015, contó que ingresó al Seminario Nacional de la Asunción en Guatemala, donde completó sus estudios de Filosofía. A mediados de 2019, Mons. Cayetano Parra Novo, Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Lima, lo envió a continuar su formación en el Seminario Internacional Bidasoa en Navarra (España). Esto fue posible gracias al apoyo de la Fundación CARF y la Asociación de Estudios Humanísticos, instituciones vinculadas al Opus Dei que respaldan la formación de jóvenes seminaristas.

El P. Rosenberg Augusto Franco Barrera. Crédito: Jóvenes Santos

Tras completar sus estudios y regresar a Guatemala, fue ordenado diácono apenas un mes después de su retorno. Un año y medio más tarde, Mons. Parra Novo le comunicó que sería ordenado sacerdote. En ese momento, señaló, “vino a mí el sueño de aquel niño, de decir ‘voy a ser sacerdote’. Fue darle gracias a Dios y decirle ‘bueno, aquí estoy’”. 

Un detalle significativo de su ordenación, el 14 de diciembre de 2024, fue la presencia del sacerdote a quien había visto postrarse a los 6 años. “Un gesto bonito fue que el Padre me dijo en el momento de la oración: ‘Después de 26 años te tocó’”, contó.

Actualmente, el Padre Gus es vicario en la parroquia Sagrada Familia, Oratorio Santa Rosa, donde colabora con el mismo párroco, el P. Walter Salazar.

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El P. Walter Salazar en la ordenación del Padre Gus. Crédito: Cushin Films Guatemala

¿Superhéroe? “Un sacerdote salva almas”

Recordando su forma de pensar de niño, cuando veía a los sacerdotes como superhéroes, el P. Franco Barrera reflexiona que, con una visión más madura, hoy puede afirmar que “comparar estas dos figuras dejaría muy corta la del sacerdote”.

“Un superhéroe tiene superpoderes, pero el sacerdote tiene dones para acercarnos a la gracia de Dios”, explicó.

Además, el Padre Gus destacó que “si bien un superhéroe salva vidas con sus superpoderes, un sacerdote con la confesión salva almas, acerca almas a Cristo”.

“Ahora lo asimilo y digo: 'pues bueno, un sacerdote salva almas, acerca a los demás a Dios. Un sacerdote santo santifica también a su pueblo. Entonces, un buen sacerdote es, de alguna manera, como un superhéroe que salva a su pueblo'”, concluyó.

“Jóvenes Santos”

Además de sus labores pastorales, el P. Franco Barrera, lidera el proyecto de evangelización digital “Jóvenes Santos”, una iniciativa inspirada en una experiencia personal que marcó su vida durante su formación en el seminario.

En 2017, mientras estudiaba en el Seminario Nacional de la Asunción, el P. Franco Barrera enfrentó una parálisis facial, experiencia que describió como “la muerte de la mitad de los nervios de la cara”. En medio de este difícil desafío, un compañero lo confrontó diciéndole: “Vos sos siempre el que nos está diciendo que hay que aprender a cargar la cruz. Pregúntate qué harían los santos”.

Estas palabras lo impulsaron a reflexionar profundamente y a investigar sobre la vida de santos contemporáneos. Inspirado especialmente por el joven Carlo Acutis, quien promovió una exposición sobre los milagros eucarísticos, el P. Franco Barrera encontró la motivación para dar a conocer la vida de santos juveniles.

Así nació “Jóvenes Santos”, primero como una página en Facebook y posteriormente con una cuenta en Instagram. A través de estas plataformas, el sacerdote busca, en sus propias palabras, “que se conozca que existen jóvenes que nos acercan a Dios”.

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