En la Audiencia General celebrada en el aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco y los fieles disfrutaron con entusiasmo de un espectáculo circense en el que no faltaron las acrobacias y la inesperada irrupción de dos elefantes animatrónicos, que pronto se convirtieron en el centro de todas las miradas.
La imagen del Santo Padre acariciando con ternura la trompa de uno ellos evoca inevitablemente el recuerdo de Annone, un majestuoso elefante albino de cuatro años, proveniente de la India, que cinco siglos atrás fue la mascota del Papa León X y habitó en los jardines vaticanos.
En el libro El Vaticano como nunca te lo habían contado, el periodista Javier Martínez-Brocal narra los detalles de la insólita amistad entre el pontífice de la familia Medici y este elefante que cruzó los mares desde Lisboa a Italia como ofrenda del rey Manuel I de Portugal.
Manuel de Aviz regaló este imponente animal al sucesor de San Pedro para celebrar el inicio de su pontificado. El nombre de Annone hacía referencia al general cartaginés que en la Primera Guerra Púnica se opuso a luchar contra Roma. Por tanto, según Martínez-Brocal, “era un modo poético de presentarse como un cordial aliado”.