Lo que debes saber sobre la primera prefecta del Vaticano en la historia de la Iglesia Católica

Unos años antes, en julio de 2019, la Hermana Brambilla y otras seis mujeres se convirtieron en las primeras miembros del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Brambilla, que ya como secretaria ha supervisado la visita apostólica a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro y la supresión del Monasterio Carmelita de la Santísima Trinidad en Arlington, Texas, fue durante 13 años Superiora General de las Misioneras de la Consolata.

A la congregación, a la que ingresó en 1988 y de la cual también fue primera consejera general, le debe la oportunidad de haber sido misionera en Mozambique, experiencia que le permitió hacer una tesis sobre la evangelización y la inculturación en el país africano, para obtener el doctorado en psicología en 2008, en el Instituto Gregoriano de Psicología. En ese centro de estudios también ha sido docente.

La religiosa también es enfermera profesional, ejerciendo ese oficio en el hospital de Merate, en Italia.

En octubre de 2023, en una entrevista concedida a ACI Stampa –agencia en italiano de EWTN News– la religiosa compartió que “la experiencia de contacto fecundo con diversas realidades, pueblos, culturas, Iglesias particulares, formas de vida consagrada en África, América, Asia y Europa me ha transformado y ha reforzado en mí la conciencia de que el encuentro con el otro es fuente de crecimiento, de intercambio de dones, de gracia” con el llamado de “sembrar el Evangelio” y hacerlo germinar en todo lugar.

¿Qué hacer para renovar la vida consagrada?

En esa entrevista, Sor Simona Brambilla respondió a la pregunta así: “Siento la necesidad y el deseo de ponerme en la escuela de quien conoce más y tiene más sabiduría que yo y desde ya tiempo ofrece sus propias competencias y las propias energías de mente, corazón y alma para acompañar a consagradas y consagrados en diversos ambientes”.

De ese modo, continuó, podrá ayudar mejor, considerando además la importancia de escuchar “a todos y todas, sus varias experiencias y camino, que es un paso fundamental para dejar que el Espíritu nos guíe, para abrir nuestro corazón y sentidos interior a Su luz (…) para que nos indique sus caminos y recorrerlos juntos”.

La religiosa también destacó la importancia de “la pequeñez”, al ser cuestionada sobre la falta de vocaciones en la Iglesia, ofreciendo como punto de referencia un discurso del Papa Francisco de septiembre de 2022.

Sor Brambilla, cita entre otros, el siguiente pasaje: “el Evangelio dice que ser pequeños, pobres de espíritu, es una bienaventuranza, la primera bienaventuranza, porque la pequeñez nos entrega humildemente al poder de Dios y nos lleva a no cimentar la acción eclesial en nuestras propias capacidades. ¡Esta es una gracia! Lo repito: hay una gracia escondida al ser una Iglesia pequeña”.

¿Su elección fue un reconocimiento a las mujeres en la Iglesia Católica?

En enero de 2024, la nueva Prefecta concedió una entrevista al diario Avvenire de los obispos italianos, en la que dijo que su elección entonces como secretaria del Dicasterio de Vida Consagrada, “encuentra su lugar en un camino eclesial cada vez más sinodal, abierto, inclusivo, dialógico y evangélico”, y en la que recordó lo dicho por el Papa Francisco en su homilía del 1 de enero de ese año.

“La Iglesia necesita que María redescubra su propio rostro femenino: para ser más semejante a ella, mujer, Virgen y Madre, representa el modelo y la figura perfecta; hacer espacio para las mujeres y ser generativas a través de una pastoral hecha de atención y preocupación, paciencia y coraje maternal”, dijo entonces el Pontífice en parte del extracto citado por la religiosa.

A la pregunta sobre si su nombramiento iba a “desmasculinizar” la Iglesia Católica, la nueva Prefecta destacó que “se trata de una reflexión que todos deben continuar y ampliar, pero también que debe traducirse en una práctica eficaz que pasa ciertamente por una mayor participación de las mujeres en los distintos niveles de la vida de la Iglesia”.

También exige “un estudio cuidadoso de la dimensión femenina de la Iglesia y de la misión en sentido amplio: modelos y dinámicas de pensamiento, afecto, sensibilidad, espiritualidad, acción, misión que encarnan las dos dimensiones vitales, la femenina y la masculina, y tienen en cuenta la interacción necesaria, beneficiosa. y bendita entre ambas”.

A pesar de las cuestionamientos que haya podido generar, el nombramiento de Sor Simona Brambilla no contradice la enseñanza de la Iglesia. Aunque el sacerdocio ministerial está reservado a los hombres, la Iglesia reconoce la igual dignidad y complementariedad de hombres y mujeres.

El Papa Francisco ha enfatizado la necesidad de una "presencia femenina más incisiva en la Iglesia" y este nombramiento es un paso  en esa dirección. La designación de Sor Brambilla no implica funciones sacramentales reservadas al sacerdocio, sino un rol de liderazgo administrativo y pastoral que refleja la riqueza de los dones y capacidades que las mujeres aportan a la Iglesia, como lo demuestra la larga historia de mujeres influyentes en el catolicismo.