El Papa Francisco afirmó que la invitación de Dios hoy, para cada uno, es a no tener miedo de dar el primer paso, para abrir así ventanas de luz, en medio de la oscuridad del mundo actual.
En un frío domingo romano, marcado por la lluvia y por una plaza de San Pedro con una multitud portando paraguas, el Santo Padre meditó en el evangelio de hoy (Jn 1,1-18), en el que se hace referencia a Jesús así: “la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron”.
El Papa Francisco destacó que esto se puede constatar en este tiempo de Navidad, “cuando el Hijo de Dios, hecho hombre, supera tantos muros y tantas divisiones”, compartiendo “la vida humilde de María y José, que lo acogen y crían con amor, pero con las posibilidades limitadas y las dificultades propias de quien no tiene medios, eran pobres”.
El Santo Padre resaltó asimismo que el Señor permite que lo encuentren los pastores y los Reyes Magos, superando dificultades, porque “Dios no se detiene nunca: encuentra miles de modos para llegar a todos y a cada uno de nosotros, allá donde nos encontremos, sin cálculos y sin condiciones, abriendo también en las noches más oscuras de la humanidad ventanas de luz que la oscuridad no puede cubrir”.
Hablando del mundo actual, el Papa Francisco dijo que Dios hace posible que se pueda salir de situaciones complicadas, aunque a veces “parece imposible salir de ellas”.