BRUSELAS,
Tras analizar las consecuencias de la ampliación de la Unión Europea a 25 miembros, la Asamblea General de los directores nacionales de la pastoral de migrantes de 24 Conferencias Episcopales de Europa, publicaron sus conclusiones con diversas propuestas para enfrentar los desafíos que plantea el fenómeno migratorio en el continente.
La Asamblea, reunida del 17 al 19 de Septiembre de 2004 en Malines, Bélgica, tuvo como tema “La Europa de los 25: consecuencias para las migraciones en toda Europa”.
Entre las consecuencias, los asambleístas señalaron la globalización, el pluralismo socio-cultural y religioso y la protección de los derechos de los migrantes, refugiados, personas en situación irregular y nacionales de terceros países.
Los directores nacionales recordaron que la “complejidad de estos tres ámbitos influye gravemente en la vida de las personas desplazadas”. Asimismo manifestaron compartir con las Conferencias Episcopales de Europa que “la calidad de acogida al extranjero manifiesta claramente la misión evangélica de la Iglesia, tanto con la sociedad como con los migrantes y refugiados”.
Por ello, los directores propusieron, entre otros asuntos:
- Sensibilizar a los responsables de la Iglesia de los desafíos pastorales que provoca esta nueva situación.
- Elaborar conjuntamente un análisis y unas declaraciones públicas para denunciar los peligros de una armonización reducida a las políticas de la Unión Europea en inmigración y asilo.
- Insistir a los gobiernos para que firmen la Convención Internacional para la Protección de los derechos de los trabajadores inmigrantes y sus familias.
- Promover la corresponsabilidad de todos los fieles, independientemente de sus orígenes, en la vida de la comunidad eclesial.
- Considerar las parroquias territoriales, las capellanías y misiones lingüísticas, así como las comunidades de diferentes ritos como necesarias y complementarias.
- Promover la colaboración entre las Conferencias Episcopales de los países de salida, de tránsito y de acogida.
- Aprovechar la oportunidad de la ampliación de la Unión Europea para reforzar el diálogo ecuménico e interreligioso.