El sacerdote católico Henrykh Akalatovich fue condenado el lunes en Bielorrusia a 11 años de cárcel por “alta traición”, una acusación que el régimen de Alexander Lukashenko aplica a los prisioneros políticos, indicó el representante de una organización defensora de derechos humanos.
La noticia fue dada a conocer por el Centro de Derechos Humanos Viasna. En su cuenta de X, la organización señaló que el sacerdote católico de 64 años ha negado “todos los cargos”.
Viasna recordó que el sacerdote ya ha sufrido un ataque cardíaco y antes de su arresto en noviembre de 2023 fue sometido a una cirugía por un cáncer. “Necesita atención y tratamiento especiales, pero en cambio se le ha condenado a condiciones muy duras por cargos políticos”, denunció la organización.
En declaraciones a la agencia Associated Press (AP), el representante de Viasna, Pavel Sapelka, señaló que el P. Akalatovich es el primer sacerdote católico condenado en Bielorrusia “por cargos criminales que se imputan a los prisioneros políticos”, desde la caída de la Unión Soviética, en 1991.
“La dura sentencia tiene la intención de intimidar y silenciar a cientos de otros sacerdotes antes de la elección presidencial de enero”, indicó.