En las semanas transcurridas desde que el gobierno sirio fue derrocado, los cristianos de Malula, una histórica ciudad en el oeste de Siria conocida por su herencia cristiana, han estado viviendo con un temor cada vez mayor por su seguridad, exacerbado por un reciente incidente que afectó a una familia cristiana y otra musulmana. Pero ¿cuál es la historia completa y cuál es la realidad de los cristianos en Malula actualmente?
Una fuente de la Iglesia, que habló bajo condición de anonimato con ACI MENA —agencia en lengua árabe de EWTN News—, dijo que después de que el régimen del ex presidente Bashar al-Assad recuperó el control de Malula hace unos 10 años, prohibió a algunos musulmanes entrar en la ciudad debido a su colaboración con el Frente Al-Nusra en la ejecución de asesinatos, secuestros y actos de vandalismo contra los cristianos y sus iglesias. Pero tras el colapso del régimen, estos individuos regresaron a la ciudad, ejerciendo presión sobre los cristianos bajo el pretexto de que los cristianos los habían desplazado.
“Algunos de los expulsados causaron problemas y se consideró que los cristianos estaban alineados con el régimen anterior”, explicó la fuente. “Sin embargo, irónicamente, su alegría por la caída fue mayor que la de otros, ya que la mayoría de nuestros jóvenes emigraron para escapar del servicio militar obligatorio o de reserva”.
En cuanto a los recientes ataques a los cristianos, la fuente informó que “se iniciaron amenazas contra cinco familias cristianas para apoderarse de sus tierras agrícolas. A algunos cristianos también se les dijo que abandonaran sus hogares y la ciudad o se enfrentarían a la muerte. Las razones de estas amenazas incluyen antiguas venganzas o acusaciones contra los cristianos de portar armas y unirse a las fuerzas de ‘Defensa Nacional’”.
La fuente continuó: “Estas amenazas se convirtieron en hechos cuando la casa y el café de Bashar Shahin y su familia fueron confiscados, a pesar de que algunos musulmanes los defendieron. Después de la mediación, a Bashar se le permitió recuperar sus pertenencias. Además, dos casas fueron asaltadas y robadas. También hubo otras formas de acoso, como disparos cerca de un sacerdote que repartía regalos de Navidad a los niños en un jardín de infantes, y denuncias de cristianos de que les escupieron”.