La fiesta de la Sagrada Familia, que este año se celebra el 29 de diciembre, es una hermosa manera, dentro de la Octava de Navidad, de honrar a la familia humana a la que perteneció Jesús. La Sagrada Familia de Jesús, María y San José es un modelo para todas las familias cristianas, cada una llamada a la santidad por derecho propio.
Entonces, ¿cómo puede una familia común hoy seguir el modelo de la Sagrada Familia?
A continuación se presentan cinco formas, todas basadas en conceptos del libro The Prayer Book for Tired Parents: Practical Ways to Grow in Love of God and Get Your Family to Heaven (El libro de oración para padres cansados: Maneras prácticas de crecer en el amor de Dios y llevar a su familia al cielo).
1. Seguir juntos las leyes de Dios. La Santísima Virgen María y San José eran judíos fieles. Los Santos Evangelios nos dicen que José era “un hombre justo” (Mateo 1,19) y que María se llamó a sí misma “la esclava del Señor”. La Sagrada Familia mantuvo prácticas judías, entre ellas, ir al Templo de Jerusalén (Lucas 2,41-52) y criar a Jesús según la ley rabínica.
A nosotros también se nos ha ordenado seguir la Ley del Señor. Como familia, sigan los Diez Mandamientos y concéntrense en las áreas en las que saben que su familia necesita mejorar, en particular, poner a Dios en primer lugar; honrar el Nombre del Señor; guardar el domingo como el Día del Señor; practicar la honestidad y la castidad; y no codiciar los bienes del prójimo.
También incluye seguir los preceptos de la Iglesia, algunos de los cuales se basan en los Diez Mandamientos, pero todos los cuales son, esencialmente, el “mínimo indispensable” para los católicos: ir a Misa los domingos y días festivos; ayunar y abstenerse en los dos días requeridos (ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo; abstenerse de carne los viernes, especialmente durante la Cuaresma); ir a confesarse al menos una vez al año; recibir la Sagrada Comunión al menos una vez al año; y ayudar a proveer para las necesidades materiales de la Iglesia (diezmo). En serio, el mínimo indispensable. Al igual que la Sagrada Familia, esforcémonos por hacer más que el mínimo indispensable trabajando para darle a Dios lo mejor.