En medio de los constantes ataques terroristas que sufren los católicos en Burkina Faso, a manos del fundamentalismo islámico, las vocaciones al sacerdocio han aumentado en los últimos años, especialmente en las diócesis ubicadas en “zonas de peligro”.
Casi el 40% de los seminaristas proceden de estas localidades, que son las más afectadas por el terrorismo y la violencia.
Según la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) la cifra de candidatos al sacerdocio pasó de 254 en el curso 2019-2020, sólo en el Seminario San Pedro y San Pablo, a 281 en 2024-2025.
La violencia terrorista comenzó a hacer estragos en el país africano precisamente en 2019. El P. Guy Moukassa, rector de este centro de formación, explicó que en época de vacaciones no todos los estudiantes pueden volver a sus hogares. Hacerlo significaría “un peligro mortal”, por lo que son recibidos en centros diocesanos, en familias de acogida o simplemente son invitados por sus compañeros a pasar los días de fiesta en zonas más seguras.
El rector recuerda a un seminarista de tercer año de Filosofía, que hizo caso omiso de las advertencias y tomó una ruta prohibida para visitar a su padre. Nunca llegó y jamás fue encontrado. Su familia asegura estar convencida de que fue asesinado. “Otros seminaristas escaparon por los pelos”, añade el P. Moukassa.
A pesar de los casos trágicos, el rector resalta que ha sido el buen trabajo de la pastoral vocacional el que ha tenido un impacto profundo en el aumento de los candidatos al sacerdocio. Cada día, afirma, los jóvenes se encuentran con personas “que, de forma visible, dan testimonio del amor de Cristo”.