El Patriarca Latino de Jerusalén en Tierra Santa, Cardenal Pierbattista Pizzaballa, alentó a la comunidad cristiana con quienes celebró la Misa de Nochebuena en Belén (Palestina), a mirar el futuro con esperanza y no rendirse al odio ni a la violencia.
Al inicio de la Eucaristía, el Patriarca saludó a los representantes de Jordania y Palestina, presentes en la celebración; y agradeció a quienes han llamado desde diversos lugares del mundo, a expresar su cercanía con la comunidad cristiana en Gaza; y saludó la presencia del obispo auxiliar electo del Patriarcado Latino de Jerusalén, que servirá en Jordania, Mons. Iyad Twal, nombrado por el Papa Francisco el 17 de diciembre.
En su homilía en la Iglesia de la Natividad – Santa Catalina, haciendo referencia a la guerra entre Israel y Hamás pero sin mencionarla explícitamente, el purpurado compartió que en las últimas semanas se ha “preguntado más de una vez en estas últimas semanas cómo vivir, cómo creer en Dios. Algunas veces nos preguntamos ¿Dios dónde estás? Creo que es muy humano. El Evangelio nos ayuda a aliviarnos de este peso”.
“La figura de los pastores nos ayuda, me ayudan. Esa noche (que es esta) escucharon a los ángeles y les creyeron”, prosiguió.
También están presentes San José y la Virgen María, que no viven la Navidad en circunstancias elegidas por ellos, sino que viven en medio de “una voluntad imperialista de poder que dominaba entonces el mundo y pensaba que decidía su destino social y económico. Esta Tierra Santa nuestra estaba entonces sometida a los juegos de los intereses internacionales no menos que hoy”.
El cardenal destacó entonces que el Santo Custodio y la Madre de Dios viven la Navidad no con resignación sino con fe en Dios, que se hace hombre y vence de verdad “curando de raíz el corazón violento del hombre, con amor dispuesto a servir y a morir, generando así nueva vida”