A principios de este mes, el grupo proaborto “Catholics for Choice” (Católicas por el Derecho a Decidir, en países de habla hispana) generó controversia cuando escribió en un tuit: “En esta temporada navideña, recuerda que María tuvo una elección, y tú también deberías tenerla”.
El mensaje explícito a favor del aborto pretende equiparar la elección de María de ser la madre de Dios con la “elección” de una madre de abortar. “Al buscar explícitamente el consentimiento definitivo de María para concebir a Cristo, Dios empoderó y elevó su autonomía corporal”, afirma el grupo en su sitio web. “Está claro que la elección reproductiva es la voluntad de Dios”.
La Iglesia Católica, por supuesto, desde sus orígenes ha prohibido el aborto por considerar que constituye homicidio.
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: “Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral” (n. 2271).
Mientras tanto, Catholics for Choice ha sido fuertemente criticado por líderes de la Iglesia por su activismo explícitamente anticatólico: el Cardenal Timothy Dolan dijo hace varios años que el grupo “no está afiliado a la Iglesia Católica de ninguna manera”, “no habla por los fieles” y está “financiado por poderosas fundaciones privadas para promover el aborto como un método de control de la población”.
Sin embargo, el engañoso activismo del grupo subrayó inadvertidamente un aspecto clave de la doctrina católica, que ha sido parte de la fe católica desde que comenzó hace 2.000 años: que María efectivamente tuvo la opción de asentir a la voluntad de Dios y convertirse en la “Theotokos”, la Madre de Dios.