En el marco de la celebración de Navidad y Año Nuevo, los obispos de México expresaron su anhelo de que estas fiestas sean una oportunidad para construir un país “más justo y fraterno, donde la paz no sea solo un deseo, sino una realidad que construimos juntos día a día”.
En un comunicado emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los prelados reconocieron que “este año ha sido particularmente difícil para muchos de ustedes. La violencia ha tocado nuestras comunidades y el dolor se ha hecho presente en tantos hogares mexicanos”.
Ante este panorama, y aprovechando la reunión de las familias “alrededor del nacimiento de Jesús, queremos acercarnos a sus hogares con un mensaje de esperanza y cercanía”.
En el mensaje recordaron que “el nacimiento del Niño Jesús nos recuerda que Dios no nos abandona jamás, al contrario, ha querido compartir nuestra vida, nuestras alegrías y nuestras tristezas”.
“No vino con poder y riqueza, sino en la sencillez de un pesebre, para estar cerca de los más humildes”, señalaron los obispos.
Esta gracia, explicaron, se manifiesta hoy en múltiples gestos de solidaridad, como de quienes “construyen la paz, en la generosidad de quienes comparten con los más necesitados, en la valentía de quienes defienden la verdad y la justicia”.