La investigadora y abogada Martha Patricia Molina presentó la sexta entrega de su informe “Nicaragua: Una Iglesia perseguida”, en el que denuncia un total de 971 ataques de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y “copresidenta” Rosario Murillo contra la Iglesia Católica en el país centroamericano en los últimos seis años.
“En esta VI entrega se documentan 971 ataques en contra de la institución religiosa. Lo anterior es una muestra de que en Nicaragua se perpetúa el ataque a la libertad religiosa”, señala el informe de 443 páginas, dado a conocer el 20 de diciembre.
El nuevo reporte enumera los diversos tipos de ataques – como asedios, prohibiciones, represiones a religiosos, robos y profanaciones; y confiscaciones – perpetrados por la dictadura entre abril de 2018 y diciembre de 2024.
De acuerdo al informe de Molina, el año con mayor cantidad de ataques fue el 2023, con 321. El año en el que se registró la menor cantidad de agresiones fue 2018, con 93. Este 2024 cierra con 177 agresiones de la dictadura contra la Iglesia Católica.
El texto resalta, entre otras cosas, que son cuatro los obispos católicos que han sido desterrados de Nicaragua: Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua; Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí; Mons. Isidoro Moro, Obispo de Siuna; y el último, expulsado el 13 de diciembre a Guatemala, es Mons. Carlos Enrique Herrera, Obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
De otro lado, y siempre de acuerdo al informe de Molina, la dictadura ha realizado 11.763 prohibiciones de actividades de piedad popular católica.