El Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén, celebró una Misa en la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza el 22 de diciembre, en la que alentó a los cristianos a ser luz en medio de la oscuridad de la guerra.
A pesar de las presiones ejercidas por las autoridades de Israel, el Patriarca de Jerusalén logró entrar en la Franja de Gaza para felicitar la Navidad a los 400 cristianos que se refugian desde el inicio de la guerra en la parroquia de la Sagrada Familia, la única católica en Gaza.
El Santo Padre denunció que Israel no permitiera el acceso del purpurado a la Franja durante su tradicional discurso navideño dirigido a la Curia Romana el pasado sábado. “Ayer no dejaron entrar al Patriarca en Gaza, como habían prometido”, lamentó el Pontífice.
Sin embargo, el cardenal pudo finalmente entrar y celebrar la Misa junto a los cristianos, a quienes recordó que “Él nos da la fuerza para soportar este tiempo oscuro”. En su homilía, les exhortó también a permanecer firmes en la esperanza y “a estar profundamente arraigados en Jesús”.
“No sé cuándo ni cómo terminará esta guerra, y cada vez que nos acercamos al final, parece que empecemos de nuevo. Pero tarde o temprano, la guerra terminará, y no debemos perder la esperanza”, indicó. Además, el cardenal reiteró: “nunca os abandonaremos, y haremos todo lo posible para apoyaros y ayudaros”.
En este contexto, les pidió evitar que “el odio se infiltre en nuestros corazones”, así como rezar por el fin de esta guerra “y confiar plenamente en que, con Cristo, nada puede vencernos”.