“Cuando confieso, y puedo preguntar esto generalmente lo hago: ¿Usted da limosna?. Suelen decirme que sí. La segunda pregunta: ¿Y usted a la persona que le da limosna la mira a los ojos o le toca la mano? Ay no sé, me contestan y miran para otro lado. Hay que mirar a la persona. Está pidiendo. Hacele una caricia”, instó.
Hacer un ajuste en educación “es criminal”
En cuanto a la economía de ajuste en educación y cultura, el Papa consideró: “Hacer ajuste en la educación es un suicidio programado de un país. No se puede hacer ajuste en el desarrollo educativo de un país, es criminal”.
Por eso, “me alegra cuando veo, en diversas situaciones, tanta gente que se opone al ajuste, incluso los jóvenes. Se dan cuenta y se oponen, arman lío, reclaman. Porque la educación es un alimento. Es lo mismo que quitarle la comida a la gente. Es la comida del alma, de la mente, del espíritu”, aseguró.
“Un país tiene que proveer los recursos para que su universidad cree los nuevos cerebros del futuro. En Argentina tenemos buena fama porque ¿cuántos profesionales nuestros son reclamados desde el extranjero?”, destacó. “La escuela a la mano de todos, una universidad a la mano de todos, es uno de nuestros orgullos”, afirmó.
Sobre la inteligencia artificial, bromeó: “A mí me preocupa más la inteligencia natural porque hay cada burro suelto”, y resumió: “La Inteligencia Artificial es un desafío: o lo asumimos o nos comen las hormigas”.
Jubileo 2025: El Señor perdona
Comenzando el Jubileo 2025, que lleva el lema “Peregrinos de la Esperanza”, el Pontífice aseguró que “los jubileos son de renovación total, de perdón”.
Para vivirlo bien, afirmó, “tiene que ser desde adentro y, de alguna manera, arreglar un poco las historias personales. En ese aspecto es un momento de perdón, de alegría, de recomposición de tantas cosas personales y sociales”.
“Un jubileo que se reduzca al turismo no sirve, eso me da miedo. Por eso voy a extender el jubileo a todas las diócesis, que cada persona en su ciudad pueda celebrar el jubileo sin necesidad de desplazarse, aunque van a viajar muchísimos”, aclaró.
“Lo importante es la capacidad de perdonar, de arreglar tantas historias interiores que uno tiene ahí archivadas y no se anima a desempolvar. Una verdadera conversión de vida”, animó.
“Jesús perdona todo. Ese sería el gran lema del jubileo, el Señor perdona. No es venir a hacer turismo”, subrayó. Y para ser perdonados, el requisito es “tener ganas de ser perdonado, nada más”, sintetizó.
“Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, no se olviden de eso”.
“Un pobre desgraciado al que Dios le tuvo mucha misericordia”
Sobre sus próximas dos obras biográficas, “una es Life, un trabajo excelente de Fabio Marchese, acerca de cómo viví ciertos momentos históricos. La otra, de Carlos Musso, pensaban publicarla después de mi muerte. Pero como no me muero (ríe), tienen miedo de que pierda actualidad y decidieron hacerlo ahora. No sé cómo será”, reconoció.
Consultado sobre cómo le gustaría ser recordado, el Papa Francisco confesó que en la intimidad, se dice a si mismo: “Soy un pobre desgraciado al que Dios le tuvo mucha misericordia. Creo que así, con esta verdad, puedo ser recordado muy bien. Si me recuerdan así está bien. Sí, la misericordia de Dios es genial”.
“Me siento muy chiquito”, admitió el Santo Padre.
Respecto de los cambios que hizo durante su papado en la Iglesia, expresó: “Lo de las transformaciones es verdad, porque había que hacerlas, ¿pero viste qué fácil que fue? Porque todos las esperaban. Ahora lo que viene es una mujer prefecta del Dicasterio y adelante. Que las mujeres vayan entrando”.
Y en cuanto a las próximas décadas, observó: “La Iglesia creo que está bien diseñada ya, por la intuición de Dios, por el Espíritu Santo que la guía y las decisiones que la Iglesia fue tomando. Como decisiones en los Dicasterios, en la organización vaticana. Después la Iglesia diocesana -donde el laicado entra muy adentro- está bien diseñada, me la imagino creciendo así porque el espíritu la va llevando”.
Finalmente, dejó un mensaje a los argentinos: “¡Al gran pueblo Argentino salud! Que sigan luchando, que se defiendan de las ideologías y no se dejen engañar, que luchen por sus derechos”.
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