En lo alto de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México se encuentran tres estatuas que enriquecen el templo más representativo del país. Estas esculturas representan las tres virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.
En 2017, un sismo de 7,1 grados con epicentro en el estado de Puebla sacudió la zona centro de México. Este movimiento provocó la caída de la escultura de La Esperanza desde el cubo del reloj del templo, dedicado a la Asunción de la Santísima Virgen María a los Cielos.
A raíz de este incidente, se decidió bajar las otras dos esculturas, obras del escultor Manuel Tolsá, colocadas en 1813 cuando la catedral fue consagrada.
Las esculturas fueron restauradas y reinstaladas en su ubicación original. Finalmente, en febrero de este año, fueron develadas. Además, durante los trabajos se reforzaron las torres de la catedral y se restauraron las campanas.
Historia de las esculturas
Según el sitio web de la Catedral Metropolitana de México, en 1524 se ordenó construir la primera Iglesia Mayor en lo que es actualmente la Ciudad de México. En 1573, don Pedro Moya de Contreras, tercer Arzobispo de México, colocó la primera piedra de lo que hoy es la actual catedral. En 1672 se concluyó el primer cuerpo de la primera torre, y entre 1787 y 1792 se edificaron ambas torres. En 1808 se colocó el reloj de la fachada.