El año pasado, por esta época, un documento del Vaticano que autorizaba a los sacerdotes a impartir bendiciones no litúrgicas a parejas del mismo sexo fue noticia en todo el mundo, tanto en la prensa secular como en la católica.
Algunos obispos de África rechazaron el pronunciamiento, otros en Europa lo celebraron y obispos de diversos lugares emitieron directrices para explicarlo.
Un año después, ¿cuál ha sido el efecto en la Iglesia Católica en Estados Unidos? ¿Qué tan comunes son las bendiciones de personas que mantienen relaciones del mismo sexo en las parroquias?
Para tratar de averiguarlo, el National Catholic Register contactó a principios de este mes a las 177 diócesis de rito latino en Estados Unidos para preguntarles por su experiencia con la implementación del documento, Fiducia supplicans, que permitía lo que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe llamó “la posibilidad de bendiciones de parejas… del mismo sexo”, siempre que las bendiciones fueran breves, no siguieran ninguna liturgia para evitar que parecieran un matrimonio y “no pretendieran sancionar o legitimar nada”.
21 diócesis respondieron. Algunas se negaron a hacer comentarios. Todas las que proporcionaron información precisaron que no hacen un seguimiento de las bendiciones ofrecidas por los sacerdotes; y prácticamente ninguna informó haber recibido quejas o comentarios de sacerdotes u otras personas sobre prácticas derivadas del documento.
Hace un año, los partidarios del documento (al que siguió una declaración aclaratoria dos semanas y media después) lo consideraron como un enfoque pastoral útil para las personas que se encuentran en situaciones que la Iglesia considera objetivamente pecaminosas, o como un paso hacia la plena aceptación de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, algo que recibieron con agrado.