Luego de una hora aproximada de vuelo, aterrizó en el aeropuerto de Fiumicino el avión que trajo al Papa Francisco de retorno a Roma, luego de cumplir con su visita apostólica a Ajaccio (Francia), el último viaje internacional programado para el 2024.
El Santo Padre viajó este domingo a la isla francesa de Córcega para participar en la clausura del congreso “Religiosidad popular en el Mediterráneo”, en el que es el viaje apostólico número 47 de su pontificado.
En el congreso sobre religiosidad popular estuvieron presentes obispos de Italia, Francia y España, así como miembros de distintas cofradías.
Durante la clausura, el Papa Francisco reiteró que la fe no es un hecho privado y aseguró que la piedad popular puede alimentar la “ciudadanía constructiva” de los cristianos, pero también pidió que estas manifestaciones tengan por fin llevar al encuentro con Cristo y no se limiten “a aspectos externos o folclóricos”.
Durante la visita de doce horas a Córcega, el Papa Francisco se reunió también con el clero local y los miembros de la vida consagrada, celebró una Misa en la plaza de Austerlitz y mantuvo un encuentro privado con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.