Uribe destacó la importancia de la formación. Según él, un primer paso podría ser aprovechar los recursos gratuitos que el Instituto de Fundraising Católico ofrece.
“Lo primero sería tratar de formarse a través de las cosas gratuitas que ofrecemos. Por ejemplo, tenemos un webinar cada martes, que es muy fácil de inscribirse y es gratuito. En una hora, damos siete claves fundamentales para que cualquier entidad sin ánimo de lucro consiga una base sólida de donantes. Participan parroquias, fundaciones y todo tipo de entidades de España y de Hispanoamérica”, explicó Uribe.
Este webinar, señala, es una excelente puerta de entrada para organizaciones que buscan profesionalizar su recaudación de fondos. “Es fruto de estos 25 años de experiencia y comparto una hora de contenido muy valioso”, añadió.
Además del webinar semanal, el Instituto ofrece consejos prácticos a través de sus redes sociales y un blog especializado. “En nuestro blog damos consejos gratuitos, muy orientados a las necesidades de la Iglesia. No sólo llevamos el apellido católico, sino que realmente somos especialistas en ayudar a nuestra querida Iglesia”, enfatizó.
Para aquellos que desean profundizar en el tema y desarrollar una estrategia sólida, Uribe recomienda el Máster en Fundraising que imparte el Instituto. “Es 100% online, lo que permite continuar con las labores diarias. Con una dedicación de una o dos horas al día, cualquier persona puede aprender a construir una base sólida de donantes y lograr una economía vigorosa”, afirmó.
Uribe hizo un llamado a las organizaciones católicas a aprovechar estas herramientas y oportunidades de formación: “La recaudación de fondos no es sólo pedir, es construir confianza, profesionalismo y, sobre todo, cumplir con la misión que Dios nos ha encomendado”.
El papel de la Providencia
Para Uribe, la clave del éxito no sólo radica en las técnicas de recaudación, sino también en la confianza en la Divina Providencia. “Las parroquias y fundaciones no nos pertenecen, son de Dios. Él provee, pero también espera que sembremos con las mejores técnicas y que seamos administradores prudentes”, explica.
Uribe subraya que la Providencia actúa cuando se combinan la fe y el esfuerzo humano. “A Dios rogando y con el mazo dando. Mi labor es ayudar a las organizaciones a convertirse en buenos instrumentos y permitir que sea Dios quien haga el resto. Debemos orar, trabajar y confiar en que, con una economía sólida, podremos llevar esperanza y fe a más personas”.
El sueño de un fundraising fortalecido en la Iglesia
El compromiso de Juan Uribe con la profesionalización del fundraising católico es parte vital de su visión a futuro. “Sueño con que cada vez más sacerdotes, religiosas, laicos y consagrados se formen en recaudación de fondos. Es esencial que aprendan a canalizar la generosidad de las personas hacia la misión de la Iglesia”, expresa.
Para Uribe, uno de los grandes retos de la Iglesia en los próximos años es construir una economía fuerte que permita llevar el mensaje de Jesucristo más lejos.
“No somos de este mundo, pero vivimos en él. Y, en este mundo, necesitamos recursos para servir mejor y llegar a más personas. Multipliquemos los dones que Dios nos da para cumplir con nuestra misión”, concluye.
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