Tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria, las calles del Líbano se llenaron de celebración. Las campanas de las iglesias resonaron mientras los cristianos libaneses se congregaban en masa, animados por este cambio político sísmico.
Las banderas ondeaban triunfantes mientras se compartían dulces y los fuegos artificiales iluminaban el cielo, proyectando luz sobre una nación que durante mucho tiempo estuvo sumida en la oscuridad.
Pero, ¿por qué han reaccionado los cristianos libaneses con tanto fervor ante esta noticia de un país vecino?
Una historia oscura
Los cristianos libaneses han albergado durante mucho tiempo una profunda animosidad hacia el régimen de al-Assad, que ocupó su país durante 29 años. Esta ocupación llegó a su fin en 2005 tras la Revolución de los Cedros, en la que libaneses de todos los credos se unieron en protesta.
A pesar del fin formal del control sirio, la influencia del régimen persistió, y los fantasmas del pasado nunca desaparecieron del todo. Tanto bajo Háfez al-Ássad como Bashar al-Assad, los cristianos libaneses sufrieron enormemente.
El impacto de las acciones y crímenes del régimen dejó una marca profunda y duradera. Periodistas libaneses enfrentaron secuestros, mutilaciones y ejecuciones por su oposición. Medios de comunicación fueron atacados y cerrados a la fuerza. Los asesinatos políticos eran comunes, y la vida cotidiana de los civiles estaba marcada por humillaciones, torturas e interrogatorios de los servicios de inteligencia sirios.
Los ciudadanos libaneses vivieron con la sombría realidad de soportar puntos de control sirios dentro de su propio país, cada cruce cargado de potencial peligro. Estudiantes fueron violentamente sacados de sus aulas y golpeados.
Ciudades como Zahleh, una de las mayores poblaciones predominantemente cristianas del Líbano y Medio Oriente, soportaron asedios, mientras barrios como Ein el-Remmaneh y Ashrafieh sufrieron intensos bombardeos. Carros bomba, ataques a barcos de suministros vitales y masacres perpetuaron un clima de miedo y represión.
Casi todas las familias cristianas libanesas tienen una historia de sufrimiento bajo la ocupación del régimen de al-Assad en el Líbano.
En X (antes Twitter), los ciudadanos libaneses comenzaron a compartir historias personales y familiares que reflejan esos días oscuros y opresivos. Reflexionando sobre esta historia, la noticia no sólo era importante para Siria, sino también para el Líbano, que sufrió inmensamente bajo el régimen de al-Assad.
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En una entrevista con ACI Mena —agencia en árabe de EWTN News— Jean Bou Assi, un activista cristiano libanés de 27 años que se unió a las celebraciones, dijo: “Quise expresar mi felicidad como cristiano libanés tras este evento histórico”.
“La caída del régimen de Assad está profundamente ligada a años de opresión, ocupación y asesinatos que el Líbano soportó bajo este régimen. Como cristianos libaneses, nuestra historia y destino han estado a menudo vinculados a la entidad libanesa (que el régimen de al-Assad no reconoce). El hecho de que la entidad del Líbano haya perdurado a pesar de la existencia de este régimen opresivo es una razón significativa para celebrar tras su caída”, agregó.
Justicia servida
Muchos cristianos libaneses ven la caída de al-Assad como una forma de hacer justicia.
Bou Assi describió la atmósfera, señalando que los cánticos de “Bachir hay fina” (“Bachir vive entre nosotros”) llenaban el aire, una invocación a la memoria del presidente electo Bachir Gemayel, un destacado líder cristiano libanés asesinado en 1982.
Bou Assi explicó que para muchos, la caída del régimen de al-Assad se siente como un momento de justicia para Gemayel.
“Muchos sienten que el presidente Bachir finalmente fue vengado, ya que Siria estuvo ampliamente implicada en su asesinato”, señaló. “Este sentimiento se refuerza con el hecho de que Siria otorgó asilo a su asesino, Habib Chartouni, incluso después de liberarlo en 1990. Ahora, las personas esperan que la nueva administración siria actúe y entregue a Habib Chartouni una vez identificado”.
En un tono similar, Michel Moawad, miembro del Parlamento y fundador del Movimiento de Independencia, compartió un emotivo homenaje a su padre, René Moawad, quien fue presidente de Líbano.
“Duerme tranquilo, papá, pues la justicia del cielo se ha cumplido en la tierra, aunque haya tomado tiempo”, expresó Moawad en un mensaje conmovedor.
Nayla Tueni, CEO de An-Nahar, uno de los periódicos más influyentes de Líbano, publicó un artículo en honor a su padre, Gebran Tueni, periodista asesinado por sus duras críticas contra Assad. Tituló su artículo: “A Gebran y a todos los mártires: La justicia del destino”.
Por su parte, MTV, un importante canal de televisión libanés que fue clausurado por el régimen de Assad en 2002, celebró la caída del régimen. En una de sus publicaciones, declaró: “El régimen tiránico cayó, pero MTV permaneció”.
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Los nombres de ciudadanos libaneses que se cree están en prisiones sirias han comenzado a ocupar un lugar central en los medios de comunicación libaneses, generando esperanza de reencuentros con seres queridos.
Desde 1975, más de 17.000 libaneses han desaparecido, y no hay un conteo definitivo de cuántos siguen vivos en las cárceles de al-Assad. Sin embargo, las familias comparten activamente publicaciones sobre sus familiares desaparecidos, aferrándose a la esperanza de su regreso.
Uno de los detenidos, que estuvo encarcelado durante 32 años por su afiliación a las Fuerzas Libanesas —un partido cristiano y movimiento de resistencia anti-Assad—, fue liberado y regresó con su familia en Líbano. Muchas otras familias esperan ansiosamente más reuniones similares.
Además, los libaneses albergan esperanzas de que la crisis de refugiados, que ha puesto una gran presión sobre el país, comience a aliviarse.
“Con la guerra en Siria reavivándose, temía que Líbano enfrentara un mayor flujo de refugiados, sumándose a los 2 millones de refugiados sirios que ya acogemos, una carga que ha afectado nuestra demografía, economía e infraestructura”, dijo Bou Assi.
“Muchos sirios han citado el miedo al maltrato por parte del régimen de Assad como una razón para no regresar a casa. Ahora que Assad ya no está, esa justificación ya no se sostiene. El gobierno libanés estará en una posición más fuerte para abordar la crisis, implementando medidas que alienten a los refugiados a regresar a Siria”.
Hezbollah en aislamiento
La caída de al-Assad también ha dejado a Hezbollah sin un aliado crucial. Como un importante respaldo político, proveedor de armas y facilitador de operaciones a través de rutas de contrabando fronterizas, especialmente en el tráfico de la droga captagon, la salida de Assad marca un cambio decisivo.
“Con el apoyo de Siria desaparecido y Hezbollah debilitado por su última guerra con Israel hace dos meses, los intentos de rearmar al grupo serán significativamente obstaculizados. Este aislamiento interrumpirá su red logística y política, colocándolo en una posición más precaria dentro de las dinámicas de poder cambiantes en Líbano”, afirmó Bou Assi.
Este aislamiento se percibe como una oportunidad estratégica para sus adversarios.
Samir Geagea, líder de las Fuerzas Libanesas, el partido cristiano más grande de Líbano, expresó sus frustraciones de largo plazo y sus esperanzas actuales en una entrevista con el canal MTV.
“En los últimos 50 años, el régimen de Hafez y Bashar al-Assad fue el mayor obstáculo para la construcción de un estado en Líbano”, declaró Geagea. “No importa cómo sea la situación en Siria después de Assad, es imposible que sea peor que Assad. No sé qué nos espera con las nuevas autoridades sirias, pero no hay nada peor que Assad”.
Aprovechando el momento, Geagea pidió a Hezbollah que entregara o vendiera sus armas, instando a un esfuerzo colectivo para construir un estado en Líbano. En un tuit, envió un mensaje contundente: “A Hezbollah, game over”.
Con la situación cambiando, también hay esperanzas de mejorar las relaciones entre los dos países que comparten una historia brutal.
“Si bien aún es temprano para predecir el futuro, sigo siendo optimista de que Líbano y Siria pueden pasar la página hacia un nuevo capítulo de amistad”, dijo Bou Assi. “Esto podría marcar el fin de la agresión siria hacia Líbano, desde negar su existencia como entidad independiente hasta su ocupación militar y el apoyo al armamento de Hezbollah. La caída del régimen de Assad podría cerrar la puerta a esta oscura era, allanando el camino para una mejor relación basada en el respeto mutuo”.
Alegría en medio de la incertidumbre
Aunque hay alegría por el fin del régimen brutal, el miedo y el escepticismo persisten naturalmente.
El proceso de transición sigue siendo incierto, y Líbano debe ser vigilante ante la posible infiltración de fuerzas de inteligencia y comandantes pro-Assad a través de cruces ilegales. Además, Líbano no está aún libre de conflicto, ya que el cese temporal de hostilidades se ha previsto por 60 días. Además, Líbano debe enfrentar su propio desafío significativo y el elefante en la habitación: Hezbollah.
Los cristianos libaneses pueden no saber qué sucederá a continuación en Siria o incluso en Líbano, pero son plenamente conscientes de las atroces atrocidades cometidas contra ellos.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.