Los obispos haitianos denunciaron la “violencia deshumanizante” que azota el país desde inicios de 2024 y piden a todos los ciudadanos que “sigan caminando sin desanimarse” siendo testigos de la esperanza.
El pronunciamiento tuvo lugar al término de su 142° Asamblea Ordinaria, en la que los obispos se refirieron a la espiral incontrolable de violencia que azota Haití, producto del accionar de bandas criminales organizadas, que controlan buena parte de Puerto Príncipe, la capital del país caribeño.
“Muchas familias viven en extrema pobreza. A esto se suma la violencia deshumanizante. Muchas personas se encuentran sin hogar y sin esperanza. Las personas mayores se ven abandonadas a su suerte, preocupadas y tristes por su incapacidad para afrontar tal realidad. Los jóvenes y niños están llenos de preocupaciones sobre su futuro y tentados por el desánimo. Estas situaciones angustiosas son causadas por la violencia, la corrupción, el cinismo y la mala gobernanza”, escribió el Episcopado el pasado 6 de diciembre.
Los prelados aseguraron sentirse muy dolidos por la realidad haitiana, y expresaron que “ante todas estas desgracias que amenazan a nuestro país, todos los actores de la sociedad deben superar sus divisiones y conflictos” para salvarlo.
Cuestionaron directamente a las bandas criminales, alentándolos a que “detengan estos actos atroces” que no ocasionan nada bueno. A quienes les “suministran armas y municiones en secreto” les pidieron dejar de “alimentar esta violencia ciega que ensangrenta nuestra sociedad a diario”.
Los obispos también pidieron a las autoridades civiles trabajar en favor de los intereses del país y no en favor de los propios o los de sus partidos, controlar las fronteras para frenar el tráfico ilegal de armas y poner fin al problema de la inseguridad con medios eficaces. “Hacer justicia a las numerosas víctimas” y “restaurar el orden y la paz”, añadieron.