Compartimos el texto completo de la homilía del Papa Francisco en el consistorio de creación de 21 nuevos cardenales, entre ellos cinco de Latinoamérica:
Pensemos un poco en la historia. Jesús sube a Jerusalén. La suya no es una subida a la gloria de este mundo, sino a la gloria de Dios, que implica el descenso al abismo de la muerte.
En efecto, en la Ciudad Santa morirá en la cruz para darnos de nuevo la vida a nosotros. Sin embargo, Santiago y Juan, que en cambio imaginan un destino diferente para su Maestro, presentan su petición y le piden dos lugares de honor: «Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria» (Mc 10,37).
El Evangelio subraya este contraste dramático: mientras Jesús recorre un camino agotador y cuesta arriba que lo llevará al Calvario, los discípulos piensan en el camino llano y cuesta abajo del Mesías victorioso. No debemos escandalizarnos por esto, sino darnos cuenta humildemente de que ―para decirlo con Manzoni― «tales son las contradicciones del corazón humano» (Los novios, cap. 10). Está hecho así.
Esto también nos puede suceder a nosotros: que nuestro corazón se pierda, dejándose deslumbrar por el encanto del prestigio, por la seducción del poder o por un entusiasmo demasiado humano por nuestro Señor.
Por eso es importante mirar dentro de nosotros mismos, colocarnos con humildad ante Dios y con honestidad preguntarnos: ¿hacia dónde va mi corazón? ¿Hacia dónde va m corazón hoy? ¿En qué dirección se mueve? ¿Quizás voy por el camino equivocado?