En la noche del 2 de diciembre tuvo lugar en la Basílica de San Pedro el rito de la recognitio (verificación, en latín), una tradicional ceremonia destinada a verificar y comprobar que la Puerta Santa, cerrada durante el último Año Santo, está intacta, sellada y lista para ser reabierta al inicio del nuevo Jubileo 2025.
La peregrinación hacia las Puertas Santas es un acto central del Jubileo. El paso a través de ellas durante el Año Santo simboliza la entrada en una nueva vida en Cristo y el inicio de un camino de conversión.
La ceremonia se inauguró con una oración dirigida por el Cardenal Arcipreste de la Basílica, Mauro Gambetti. A continuación, los sampietrini, empleados de la Fábrica de San Pedro que se ocupan de la vigilancia y mantenimiento de la basílica vaticana, derribaron el muro que sella la Puerta Santa dentro del templo.
Una vez demolida la pared que protege la Puerta Santa, extrajeron una caja metálica conservada en su interior desde la clausura del Jubileo de la Misericordia, el 20 de noviembre de 2016.
En la caja se guarda la llave con la que el Santo Padre abrirá la Puerta Santa la noche del próximo 24 de diciembre. También custodia las manijas, el pergamino del Acta que certifica su cierre, cuatro ladrillos dorados y algunas medallas, entre ellas las de los pontificados de Francisco, Benedicto XVI y San Juan Pablo II.